Atardecer en el puente U Bein
Compartí un taxi con un japonés que resultaba que quería ir a mi primera opción de alojamiento. Para mi mala suerte, el sitio estaba lleno y el conductor del taxi me llevó al que sería mi alojamiento en Mandalay durante los dos días siguientes, el hotel ET (como el extraterrestre más famoso). Las habitaciones son básicas, un poco viejas, pero limpias y la cama es cómoda. La habitación doble vale $18 con aire acondicionado o $12 con ventilador. Este precio era para uso individual, pero como en muchos alojamientos imagino que se mantiene si la habitación la usan dos personas.Yo en una pared de espejos coloridos en los alto de la montaña de Mandalay
Después del desayuno me empecé a plantear qué hacer. La verdad que me apetecía un día algo más tranquilo, sin mucho ajetreo. En al hall del hotel conocía a Efan, un chino que estaba pasando su semana de vacaciones más algún día extra por Myanmar. Él tampoco tenía mucha idea, pero me propuso ir a Inwa, que fue capital de Birmania entre los siglos XIV y XIX. Yo estaba un poco cansada de templos y propuse ver algo en la ciudad. Luego me arrepentí bastante de esta decisión, Pero bueno esto es una de las cosas que dejé para cuando vuelva de nuevo a Myanmar.Niños con atuendo festivo en la montaña de Mandalay
Así que alquilamos una bici por 2.000MKK y nos pusimos rumbo a la montaña de Mandalay o Madalay Hill. No tardamos mucho en llegar a las escaleras, después de haber rodeado el palacio real. Dejamos las bicis para que nos las cuidaran y empezamos a subir, poquito a poco. Tardamos una media hora o cuarenta y cinco minutos en llegar a la cima. Por el camino hicimos alguna que otra parada para contemplar las vistas o coger un poco de aliento. Una vez en la cima, si quieres hacer fotos tienes que pagar 1.000 MKK. Pasamos ahí un rato mezclado entre los muchos locales y los escasos turistas. Después de un rato de descanso, bajamos y nos paramos a ver la estatua de la Sanda Muhki, la ogresa que ofreció sus pechos cortados a Budha.Sanda Muhki, la ogresa que ofreció sus pechos cortados a Budha
Nuestra intención era visitar el palacio real, pero un mercado local muy bullicioso nos desvió de nuestro propósito. Para bien. Ahí, a parte de poder comprar cualquier cosa que un birmano pueda necesitar en su día a día, también se pueden probar un montón de diferentes tipos de comida callejera. Había un montón de tapas y me aventuré a probar varios, como los huevos de ¿codorniz? fritos, unas bolas rellenas de garbanzos o pimientos o chile, por poner un par de ejemplos.Comida callejera en Mandalay
Volvimos al hotel y fuimos en taxi a Amanapura para ver el atardecer en el puente U Bein, el puente de teca más largo del mundo con 1,2 kilómetros. El viaje nos costó 12.000 MKK, no encontramos nada más barato. Cerca del puente se pueden alquilar barcas para ver el atardecer desde el río, pero al atardecer suelen ser bastante caras. Alrededor de las cinco de la tarde, el puente se empieza a llenar con gente local, monjes que pasean de aquí para allá de un lado al otro del puente y, cómo no, de turistas (aunque no en exceso).Barquero en el puente U Bein
Por el camino hasta el otro extremo del puente nos encontramos con escenas bastante memorables como unos monjes novicios bañándose en el río y dejando sus coloridos hábitos colgados en el embarcadero; un pequeño monje tímido al principio, pero que al final quería que le hiciera muchas fotos; gente local posando en el río y por supuesto pidiéndome que me hiciera fotos con ellos; y, cómo no, la del increíble puesta de sol. El atardecer en el puente U Bein es increíble y más que recomendableMonje novicio en el puente U Bein
De vuelta a Mandalay, vimos como decoraban con velas tooodos los rincones porque era luna llena. Para cenar fuimos al restaurante Rain Bow, en la esquina de la 84th street y la 23rd. No encontraréis muchos extranjeros y mucho menos mujeres, pero es un sitio que está siempre lleno de locales, lo que quiere decir que es un buen sitio. Ahí puedes comer los típicos platos y también hay varias opciones de BBQ. El precio está bastante bien y la comida está buena. De hecho al día siguiente volví a cenar al mismo sitio.Atardecer desde el puente U Bein
Al día siguiente, ya sin Efan, fui a recorrer en bici el resto de la ciudad. La gente se quedaba mirándome mientras me acercaba en bici al palacio Real. Ahí, si no lo has comprado antes, es necesario comprar el ticket de Mandalay por 10.000MKK, que es válido durante cinco días e incluye la visita a cinco sitios: el palacio real, el monasterio de teca de Shwenandaw Kyaung, Inwa, el puente U Bein (aunque aquí nadie te lo pide) y Sagaing. La visita al palacio real es agradable y uno se puedo hacer a la idea cómo vivían los reyes birmanos antes de que la monarquía desapareciera. En realidad el palacio es una reconstrucción de lo que fue, pero una reconstrucción bastante fidedigna. Además te puedes subir a una torre y ver todo el recinto, cosa que a pie no está permitido.YO en el palacio real de Mandalay
Al salir, quería ir a ver el monasterio de teca, pero al ser el 8 de octubre fiesta nacional en Myanmar (cada año cambia, dependiendo de cuando caiga la luna llena) la calle estaba abarrotada de birmanos celebrando este día, con numerosas actuaciones musicales callejeras, gente vendiendo cosas... mucho ajetreo y ruido en la calle que no me pasó desapercibido. La gente reía, cantaba, bailaba por la esquina noroeste del palacio real. Ahí se concentraba casi todo.Monsaterio de Shwenandaw Kyaung
El monsaterio de Shwenandaw Kyaung es un maravilloso monasterio de teca que antes estaba en el palacio real, pero se trasladó fuera de los muros por un conflicto con unos británicos que entraron sin descalzarse. Los bajorelieves del exterior están un poco deteriorados y los del interior se conservan bastante bien.Murallas y su reflejo en el palacio real de Mandalay
Seguí mi recorrido hacia Mahamuni Pagoda, que estaba abarrotada de devotos, donde perdí una sandalia (que recuperé gracias a unas señoras que me la guardaron) y donde me desapareció mi guía loly. El sitio no es gran cosa, así que no lo recomiendo si no tenéis tiempo de sobra. Hay un gran buda de oro, pero si eres mujer sólo lo podrás ver desde una pantalla y si eres hombre tendrás que hacer una laaaaaarga cola para poder poner tu lámina de oro sobre él.Monasterio de teca Shwe In Bin Kyaung
Después de pasar por el hotel a ver si tenían o me podían conseguir una guía de segunda mano barata (y lo hicieron por 3.000 MKK), me fui a ver otro monasterio de teca de Shwe In Bin Kyaung, menos conocido y más apartado. Para llegar ahí, pasé por calles menos asfaltadas, calles vacías (incluso los edificios) y tuve que preguntar varias veces porque esas calles estaban peor señalizadas y el monasterio no estaba bien indicado. Lo conseguí y era la única occidental ahí. El monasterio de Shwe In Bin Kyaung es el mejor sitio de Mandalay, muy relajante, espiritual y de gran belleza. Tuve la suerte de llegar ahí justo cuando estaban llamando a la oración y los monjes se encaminaban al monasterio a rezar. Mientras lo visitaba el silencio se rompía con los rezos de los monjes. Me hubiera quedado ahí más tiempo, pero empezaba a anochecer y tenía que coger un autobús a Kalaw a las seis y cuarto de la tarde.
Detalle del monasterio de teca Shwe In Bin Kyaung