Las mandarinas son unos de nuestros pequeños vicios en esta época del año. No están ricas, !están riquísimas!. Su dulce sabor, el tamaño “mini” y la gran facilidad y sencillez para quitar su peladura, nos induce a comer poco a poco cada uno de sus gajos, como si se tratase de una “chuche” pero mucho más saludable… y no engordan (por si alguien se lo cuestiona).
Ricas en nutrientes y bajas en calorías, las mandarinas contienen vitamina C, vitaminas del grupo B, betacaroteno (provitamina A) y ácido fólico.
En cuanto a minerales, cabe destacar su cantidad de potasio, magnesio, trazas de hierro y calcio.
Tienen propiedades antioxidantes gracias a su contenido en flavonoides y fitoquímicos que combaten la acción nociva de los radicales libres, (sustancias responsables del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y algunos tipos de cáncer), convirtiéndose en un excelente aliado para prevenir resfriados, catarros, y otras dolencias típicas del invierno, (al ayudar a potenciar las defensas).
Por su gran bajo índice glucémico y su alto contenido en fibra, es una fruta recomendada para las personas que quieran perder peso o mantenerlo. Gran parte de la fibra se corresponde a la pulpa blanca que está entre la piel y los gajos, por lo que os animo a no desecharla (aunque sí, reconozco que no es la parte más sabrosa).
Por si os apetece sorprender a vuestros invitados, amigos o familiares, os invito a ver un video japonés en el que se muestra una creativa y sencilla manera de pelar y servir una mandarina “con arte”. ¿No os lo creéis? Ahí va el vídeo:
¿Y vosotros? ¿Os gustan las mandarinas? ¿Las soléis comer a menudo? ¿Qué os parece el “artístico” método japonés para pelar y presentar una mandarina a la mesa? Estaré encantada de leer vuestros comentarios
Besos desde mi blog!!!