Revista América Latina

Mandela mande.

Publicado el 19 julio 2013 por Jmartoranoster

Lil Rodríguez

Imponente la voz de nuestro José Montecano cantando “Mandela”, en un tema que aún hoy no ha tenido la difusión que tendría que tener y que está ahí, en la discografía venezolana y en la obra militante y tierna del querido falconiano, hermano de Alí.

Dulce la voz de Pablo Milanés con su tema “Nelson Mandela, sus dos amores”.

Fuerte la voz de Youssou N’Dour de concierto en concierto pidiendo en 1985 libertad para Nelson Mandela. Conciertos y canciones para Mandela hay por centenas.

El año anterior, 1984, el nombre de Nelson Mandela cogía un vuelo inusitado y sorprendente cuando Stevie Wonder tomaba su estatuilla del Oscar a la mejor canción original (Te llamé para decirte que te amo) para dedicarlo con su mejor sonrisa y su más clara voz a Nelson Mandela, preso todavía. Fue un terremoto, tanto la dedicatoria como la ovación que siguió. Ya Wonder y su música estaban prohibidos en Sudáfrica.

Cuatro años más tarde se concretaría en victoria la heroica solidaridad de los cubanos para que Cuito Cuanavale se convirtiera en la tumba del apartheid. Efecto dominó desde Angola.

Dos años después de Cuito Cuanavale Nelson Mandela saldría en Libertad. Al año siguiente estuvo en Cuba, un 26 de julio, en 1991 para agradecer personalmente lo que la hermosa isla y su pueblo habían hecho.

“Solo Cuba se alzó en defensa de África” dijo, con amor y sin rencor por los demás, pero, eso sí, puntualizando. Y señaló:
“¿Dónde está el país que haya solicitado la ayuda de Cuba y que le haya sido negada?
En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros. ¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale fue una victoria para toda África!
¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica!
¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pudiera estar aquí con ustedes!”

Lo traigo a colación porque los medios lo “olvidan” a propósito.

Dos años después Mandela era Premio Nobel de la Paz y al año siguiente se convertía en el primer presidente negro de su patria.

“El perdón libera el alma, hace desaparecer el miedo. Por eso el perdón es un arma tan potente”, dijo Mandela y sobre esa base estructuró una forma de gobernar, con base en el humanismo propio de su pueblo ancestral.

Y hoy Nelson Mandela cumple 95 años. La secuela del polvo que tuvo que aspirar y soportar en su prisión durante 27 años lo mantiene en cama. Y está claro que los años han caído, pero…

Su nombre real es Rolihlahla, que significa “El que trae problemas”. Fue una de sus maestras quien le puso Nelson. Problemas pusieron otros.

En la universidad fue expulsado; de su casa se fue para evitar un matrimonio obligado. (Con el tiempo se casaría tres veces). Y desde 1948 dedicó sus fuerzas a luchar contra el apartheid, el “desarrollo separado de las razas”. Esa lucha lo condujo a prisión en la isla de Robben en 1964. Y desde entonces, 27 años de polvareda en los pulmones, y el deporte como elemento de resistencia, y los cantos del mundo llegando hasta él, que los recibía a través del viento…

Sigue siendo así. Hoy el planeta celebra que Mandela llegue a sus ejemplares 95 años. Y hay en el pueblo de Sudáfrica una costumbre: hacer trabajo comunitario según cumple Mandela. Hermosa labor que festeja en otros la vida de uno de los hombres más amados del mundo. Ese es el gran triunfo del amor, y claro, de África.

Felicidades, Madiba. No importa que no leas esta felicitación. Te llegará con el viento vibrante de la gratitud.


Lil Rodríguez


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