Mandos intermedios

Cuando las organizaciones tienen un tamaño reducido, el trabajo se coordina de manera natural a través de la comunicación informal.

No obstante, conforme van creciendo en tamaño aparece la necesidad de supervisión, y esta responsabilidad la suele asumir el empresario o la persona que éste designa como gerente. Sin embargo, cuando las organizaciones alcanzan un tamaño aún mayor aparecen los mandos intermedios, una cadena de directivos que conecta el núcleo básico de las operaciones de la empresa con la alta dirección. Así, las organizaciones se convierten en estructuras piramidales en las que sus miembros se distribuyen mediante una jerarquía de directivos, colaboradores y pares.

Cada uno de los mandos intermedios tienen tareas por encima y por debajo de sus puestos. Para sus superiores, recopilan feedback de sus unidades, lo agregan y lo reportan hacia ellos. Respecto a sus colaboradores les asignan recursos y les transmiten en cascada todos aquellos proyectos, planes, normas y estrategias que la alta dirección establece. Además actúan como cabeza visible de sus respectivas unidades, formulan sus propias estrategias y se coordinan con otros mandos intermedios y con otras unidades de la organización, como aquellas dedicadas a dar soporte o a implantar y a mantener sistemas de gestión.

Un observador externo percibe a los mandos intermedios como los nodos de una red. Como un canal de comunicación que conecta la alta dirección con las tareas básicas de la empresa. En este canal circulan en una dirección las estrategias, directrices y objetivos que marca la alta dirección. Por la otra dirección fluye el feedback sobre la consecución de objetivos y resultados.

Sin embargo, desde su observador interno, es frecuente que los directivos intermedios declaren en las sesiones de coaching sentirse sometidos a un campo de fuerzas. Perciben que su tarea se reduce a lidiar todas las demandas y las necesidades de diferentes grupos de la organización: desde sus superiores hasta sus subordinados, pasando por clientes, proveedores, analistas internos, personal de soporte y otros mandos intermedios.

Los mandos intermedios gestionan la complejidad porque son fruto de ella. Una complejidad que les lleva a trabajar con continuos cambios y conflictos, absorbiendo el impacto y el desgaste que conlleva a nivel emocional. Una profesión que se merece todo mi respeto.

NOTAS

Puede conocer más sobre el trabajo de los mandos intermedios en la obra de Henry Mintzberg La Estucturación de las Organizaciones. Está publicada por Ariel.