Una vez, hace varios años, tomé una clase de manejo del tiempo, y aunque muchas de las cosas que nos dijeron eran bastante obvias, hubo algo en particular que se quedó conmigo: El mayor error que comenten las personas cuando tratar de manejar su tiempo, es dejar de hacer lo que quieren para hacer lo que deben, y al final terminar haciendo ninguna.
Por ejemplo, digamos que tienes que hacer un informe para tu trabajo y también te han invitado a una reunión social. Entonces te excusas de ir a la reunión social porque tienes que preparar el informe, pero finalmente te quedas en casa fastidado por tener que hacer el informe y entonces, no lo haces. Ese fue un muy mal manejo del tiempo, lo correcto, hubiera sido trabajar en el informe (a pesar de no tener ganas de hacerlo), y llegar a tu reunión social con unas horas de atraso.
Es decir, las peronas que saben manejar muy bien su tiempo, siempre recomiendan hacer las cosas más pesadas (las que quizá uno no quiere hacer) primero, y ojalá tener alguna otra actividad deseable, o esperada, que sirva de motivador para terminar la primera tarea. Ojalá, cada día uno pudiera organizarlo de esta forma, incluso si es tomar una copa de vino y una tabla de quesos al final del día (no mientras uno hace el trabajo, sino mas bien cuando termine), ayudaría a motivarnos a todos a terminar cualquier proyecto que tenemos en mente.