¡Saludos, buenas gentes! Podéis llamarme Darkrosalina y hoy va a tocaros leer mi primer artículo como colaborador ocasional de Otakufreaks. Vengo de un jardín extraño donde mi misión es buscar el lado más biológico del cine, las series y los videojuegos, al tiempo que me divierto divulgando las ciencias de la vida de un modo diferente. Mi lema es “el frikismo al servicio de la biología” y eso es lo que haré aquí, empezando por la leyenda del gato que saluda.
Un gato que saluda. Todos hemos visto alguna vez esas populares figuritas de cerámica originarias de Japón que representan a un gato sentado y saludando con una pata levantada. Estas figuras se llaman Maneki Neko (literalmente del japonés “el gato que saluda”), y son, por así decirlo, la representación terrenal de un dios gatuno que otorga suerte y buena fortuna a su amo.
Estas figuras colocadas en los negocios atraen clientes y dinero a su dueño. En los hogares, protegen de malos espíritus y desahucios de los bancos a quienes le cobijan. Y en las páginas web, mejoran el posicionamiento en los buscadores y alejan a trolls y spammers. O eso dicen.
También dicen que según saluden con la pata izquierda o la derecha atraerán visitas o dinero.
El medallón dorado con caracteres orientales que llevan los Maneki Neko es un koban, una moneda ovalada de oro que fue acuñada durante el periodo Edo en Japón, cuando este país se cerró virtualmente a los visitantes extranjeros y al comercio exterior. Curiosamente, el Pokémon Meowth también lleva una moneda koban engarzada en la frente, prueba de que este gato malhablado está basado claramente en el Maneki Neko.
El Pokémon Meowth, con su moneda koban
Selección de monedas koban. Cada una de estas “galletas” de oro equivalía a tres koku, que era la cantidad necesaria de arroz para alimentar a un hombre durante un año. Hoy en día valen mucho más.
Desde la antigüedad, Japón es conocido como el país de los dioses. Desde el mar hasta las montañas, desde un solo árbol hasta una sola piedra, en el país del Sol Naciente creen que los dioses habitan en todas las cosas y rigen el destino de los mortales. Como todos los mitos, la creencia del Maneki Neko tuvo su origen en una época de supersticiones y creencias y poco es lo que ha llegado hasta nosotros.
La leyenda más popularmente aceptada sucedió a principios del periodo Edo en el siglo XVII, con Japón cerrado al público y bajo el dominio de los samurais. Un buen día, un señor feudal llamado Naotaka que regresaba de una cacería fue sorprendido por una brutal tormenta a las afueras de Tokio. Corrió a resguardarse de la lluvia debajo de un árbol.
Cerca del árbol había un templo medio derruido. Naotaka se percató de que un gato le estaba haciendo señas desde la puerta, como invitándole a entrar, y se acercó a él dejando atrás el árbol. Ya cerca del lugar donde el gato se encontraba, de repente cayó un rayo sobre el árbol que Naotaka acababa de abandonar tras acudir a la llamada del gato.
Luego supo que el templo medio derruido estaba regido por un pobre monje que vivía en la miseria y compartía su escasa comida con su gato, llamado Tama. Naotaka se hizo amigo del monje y mostró su agradecimiento restaurando y trayendo prosperidad al templo otrora ruinoso, y ni el monje ni Tama volvieron a pasar penurias. Tras la muerte años después de Tama, el monje enterró a la gata junto al templo y levantó una estatua en conmemoración. Así nació la figura del Maneki Neko y su mito.
Aunque la leyenda no dice nada sobre ello,estoy convencido de que Tama, el gato que originó el mito del “gato que saluda”, se trataba realmente de una hembra y que los Maneki Neko de cerámica que encontramos hoy representan a una gata. Tengo buenas razones para así creerlo.
La primera prueba la encontré al ver la serie de anime japonesa Binbougami Ga!, recomendada y reseñada por mi buen amigo Naota. En esta serie de animación aparece una gatita de nombre Tama (igual que el gato de la leyenda) que puede transformarse en un Maneki Neko para proteger a su dueña. Desconozco hasta que punto los creadores de esta serie se basaron en el mito original para crear a la versión animada de Tama, pero imagino que tendrían buenas razones para que fuera una hembra. Nadie mejor que los habitantes del País del Sol Naciente para conocer e interpretar su propia mitología.
Tama-chan duerme junto a su dueña, Sakura Ichiko.
En su forma de Maneki Neko, Tama-chan porta en su pecho la misma moneda koban que se les atribuye a las figuras Maneki Neko como símbolo de riqueza y fortuna.
La segunda prueba la encontré al investigar un poco sobre los Maneki Neko de cerámica. Hoy en día se fabrican Maneki Neko de muy diversos colores al gusto del consumidor (dorados, azules, blancos, negros…) con cada color ofreciendo distintas propiedades al usuario.Sin embargo, y según parece, los Maneki Neko más apreciados y con un efecto benéfico más poderoso son los tricolores, que normalmente llevan sobre un fondo blanco manchas redondas de centro negro y borde anaranjado. Tienen en efecto tres colores: blanco, naranja y negro.
Tama-chan también presenta unas manchas similares de centro negro y borde anaranjado.
¿Y eso por qué? ¿Por qué los mejores Maneki Neko son los de pelaje tricolor?
Porque así el dueño del “gato que saluda” se asegura de que el minino que está protegiendo su hogar o negocio es una hembra, pues da la casualidad de que entre los gatos solamente las hembras pueden mostrar tres colores a la vez en su pelaje. Todo debido a las leyes de la genética.
En los gatos, el color de las manchas en el pelaje se encuentra determinado por un gen localizado en el cromosoma sexual X, y según sea la variante alélica del gen las manchas serán negras o naranjas. Un macho (que como todo el mundo sabe presenta la combinación XY) porta solamente un cromosoma X, por lo tanto mostrará solo uno de los colores en sus manchas, sea el negro o el naranja, dependiendo del gen que le haya tocado.
En cambio, una hembra (XX) sí que puede llegar a poseer los dos genes distintos a la vez, uno en cada cromosoma X, que al expresarse darán como resultado una gatita tricolor con manchas negras y naranjas sobre un fondo blanco. Como solo una gata puede reunir los dos genes, podemos estar seguros sin necesidad de levantarle la falda de que cualquier gato tricolor se tratará de una hembra.
Una gata tricolor (o calicó) de manual.
De hecho, si algún día os enfrentáis al reto de elegir un gatito en una camada y queréis aseguraros de tomar una hembra, coged un gatito tricolor y acertaréis de pleno con la elección.
E igualmente si queréis haceros con un Maneki Neko para colocarlo en vuestra casa o negocio, si creéis en las leyendas antiguas y en el poder de la suerte, no os conforméis con cualquier “gato que saluda”: buscad una gata tricolor.
Artículo escrito por Darkrosalina (@Darkrosalina) de El Jardín de Gaia