Manga Review…por César del Campo de Acuña
El muerto enfermo de amor de Junji Ito
Resulta un tanto redundante que no para de escribir sobre obras creadas por Junji Ito. Este hecho es algo que personalmente interpreto de dos maneras. La primera es fácil de entender; Ito es un autor fantástico que merece ser leído por el mayor número de aficionados a las viñetas posible. La segunda no es otra cosa que un ejercicio de cobardía ya que, como en la vida real, me cuesta salir de mi zona de confort. Ito se ha convertido en mi apuesta segura para con el manga y para no errar a la hora de escoger sigo adquiriendo cuanto título se publica precedido seguido por su nombre. Su virtud es que las historias que cuenta nunca defraudan y por eso sigo volviendo a ellas. Tras pasar por una colección de relatos cortos, Gyo, Black Paradox y Tomie decidí hacerme con El muerto enfermo de amor, relato del que no sabía absolutamente nada a diferencia de lo que ocurría con los anteriormente mencionados. Sin estar precedido por la fama que acompaña a sus más laureadas propuestas rondaba por mi cabeza que, quizás, este El muerto enfermo de amor, sería un título menor destinado, posiblemente, a convertirse en el primer fallo de Ito para conmigo. Afortunadamente ese funesto pensamiento fue disipado en cuanto devore sus páginas. Estaba equivocado.
El muerto enfermo de amor no deja de ser otro sensacional y original ejemplo de una de las constantes en la obra de Junji Ito: la obsesión. Sus desafortunados personajes, en algunas de sus historias más famosas, se obsesionan hasta tal punto que pierden la cabeza lo que, en algunos casos, lleva al lector a preguntarse su verdaderamente hay algo sobrenatural en lo que les afecta o es simplemente el aspecto que le quieren dar a aquellos que les ha arrastrado al abismo de la locura. En esta ocasión la acción nos lleva a la ciudad de Nazumi, donde existe la tradición de pedir predicciones a desconocidos abordándoles por la calle los días en los que la densa niebla engulle el paisaje. Esta práctica se ha puesto de moda entre los estudiantes de los diferentes institutos que salpican Nazumi los cuales buscan, en su mayoría, predicciones relativas al amor. En medio del resurgir de esta costumbre se produce la llegada a la ciudad de Ryusuke, un chico que vivió allí hasta los seis años y que acarrea un gran sentimiento de culpa debido a un suceso ocurrido en Nazumi antes de marcharse por el cual se responsabiliza. Quiere la fortuna que, desde su llegada a la ciudad, se empieza a extender el rumor que cuenta como un chico alto, terriblemente atractivo y siempre vestido de negro se pasea por las calles dando fatalistas predicciones que inducen a los receptores de las mismas al suicidio. Ryusuke, a raíz del descenso a la locura y posterior suicidio de una compañera de clase colada por él, decide recorrer las calles para acabar con el misterioso chico de negro.
A grandes pinceladas esa es la trama de El muerto enfermo de amor, una historia de fantasmas que parece reconocible pero que resulta sumamente original. Una vez más debo insistir en que una de las cosas que han logrado atraparme de la obra de Junji Ito es esa innegable capacidad de poner a sus personajes en situaciones peliagudas sin la necesidad de un desencadenante. Como ya he visto en otras de sus obras, la arbitrariedad, unida a la obsesión es otra de sus constantes y es ese capricho del destino lo que ata al lector a las viñetas de Ito. Las cosas ocurren y punto. No tienen por qué existir un desencadenante y los protagonistas no tienen por qué ser una parte de activa de los motivos que explican el mismo. Por otro lado es digno de elogio que el autor no intente dar a sus obras un final satisfactorio y feliz en el que explique con todo lujo de detalles el antes, el durante y el después invitando a que sea el propio lector, armado únicamente con su imaginación, el que busque las piezas para completar el puzle que Ito plantea. En El muerto enfermo de amor, a pesar de las coincidencias, vuelve a poner en practica todo lo que comento en este párrafo logrando, una vez más, asombrar y aterrorizar con premisas que en un primer momento no producen ni lo uno ni lo otro.
Evidentemente no faltan las páginas en las que Ito, por medio de detallados y grotescos dibujos, deja sin palabras al lector gracias a su retorcida imaginación, la cual va alcanzando, a medida que avanza en la narración, cotas inenarrables de horror. Composiciones acertadas, un ritmo pausado pero a su vez dinámico, personajes memorables a pesar de lo poco que el autor explora su personalidad son solo algunos de los elementos que conformar El muerto enfermo de amor, una obra que me ha sorprendido gratamente, que ha logrado ponerme los pelos de punta y que logró mantenerme en vilo hasta el inevitable final. Sin lugar a dudas nos encontramos ante uno de esos tomos que, de una forma u otra, deberían encontrar el camino más corto posible a las bibliotecas no solo de los aficionados al manga de terror, sino de todos aquellos que disfrutan con cualquier buena historia contada en viñetas.
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Archivado en: Comic, La Yuxtaposición del Bocadillo, Literatura