Los mangos azules, únicos como esta narración, van dejando aquí la impronta de sabores y texturas que únicamente recuerdan a ellos mismos. Esta primera novela de David Davidar indaga en las complejidades de cada uno de sus personajes. Solomon, el patriarca, del pueblo de Chevathar, lucha contra otra casta que pretende detentar el poder en la región. De sus dos hijos, uno, Aaron, sufrirá las crudas consecuencias de militar en política en oposición a los británicos. El otro, Daniel, aprendiz de un médico local, acabará enriqueciéndose gracias a la fabricación de una fórmula para aclarar el color de la piel y, con su fortuna, fundará una colonia para mayor gloria de los Dorai. Más adelante, su hijo y pretendido heredero, Kannan, estudiará Botánica en Madrás (como hiciera el propio Davidar) y acabará alejado de su familia...La casa de los mangos azules es una novela didáctica que indaga en multitud de los asuntos que han hecho de la India lo que hoy es. Las pugnas entre castas en el contexto de la lucha de los indios por lograr su independencia de los ingleses, la obcecación de estos en mantener su estilo de vida a costa de la riqueza del subcontinente, el choque de culturas que nunca llegaron a armonizar del todo. El relato está, además, repleto de sensibles descripciones de paisajes, prácticas cotidianas, comidas, olores, colores y de los toques poéticos que no es fácil encontrar en esas novelas ambiciosas que hablan de sagas familiares. Está también lleno de esos singulares mangos, una rareza tan preciada como toda esa diversidad.
