Revista Cine
Título original: Maniac
Año: 2012
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos
Director: Franck Khalfoun
Guión: Alexandre Aja, Grégory Levasseur
Música: Rob
Fotografía: Maxime Alexandre
Reparto: Elijah Wood, Nora Arnezeder, America Olivo, Morgane Slemp, Liane Balaban
La locura y el horror vistos en primera persona.
Los remakes nunca han sido mi fuerte. Sólo puedo justificarlos cuando superan en mucho al original, y me cuesta muchísimo visionar esas nuevas aventuras. Por desgracia la mayoría sólo son puestas al día y no aportan nada nuevo. En el caso que nos ocupa se trata de una revisión de un film de 1980, con el mismo nombre, y realizada por William Lustig. Afortunadamente en esta ocasión tenemos que hacer una excepción.
Frank Khalfoun plasma magistralmente el terror más salvaje de la mano de un asesino en serie, que cuenta, entre sus habilidades, la de cortar las cabelleras de sus víctimas. Evidentemente, éstas no son para realizar trabajos de peluquería, si no para poder recrear la figura de su difunta madre y hablar con ella.
Otra cosa a destacar de la película, y aquí me adelanto un poco a la parte técnica de esta crítica, es que está rodada con cámara subjetiva. Lo que ve el asesino es lo que vemos nosotros. Sin ser algo muy innovador, parece una apuesta arriesgada y, en este caso, bien realizada. Nos viene a la memoria la entrañable La Dama del Lago, rodada en 1947, que usó por primera vez esta técnica en todo su metraje.
Ahora voy a hablar del tema de los manidos homenajes que algunos directores se supone que hacen a sus colegas, o a otras obras pretéritas. Si nos ponemos a escarbar, seguro que incluso vemos algún parecido con Blancanieves y los 7 enanitos. Analizando esta cinta hay uno que es muy evidente, y otro un poco más sutil. El que se manifiesta con claridad es el que se hace a El Gabinete del Dr. Caligari, ya que incluso se pueden ver algunas escenas de esta obra maestra del terror. El más difícil de comentar es el que queda más solapado, y quizás algunos de vosotros no estará de acuerdo conmigo. Me estoy refiriendo a El Silencio de los Corderos, la magnífica película de Jonathan Demme que marcó época. ¿En qué me baso para afirmar esto?, pues simplemente en un pequeño detalle. ¿Recordáis la canción que escuchaba Buffalo Bill mientras se probaba los trajes de piel de sus víctimas?, pues sin ser la misma música, en una de las escenas más perturbadoras de Maniac, escuchamos algo muy parecido. Debe ser cosa de la asociación de ideas…
Frank es un restaurador de maniquís que arrastra un trauma desde su infancia, su difunta madre no le trató muy bien, según parece. Para contrarrestar ese complejo, Frank necesita hablar con ella. Desde luego lo hace, pero no al gusto de la mayoría. Casualmente, entabla una relación, en principio normal, con Anna, una fotógrafa de arte. Pero ¿puede un perturbado iniciar una amistad?, enseguida nos daremos cuenta.
Fantástica película de terror que, a través de un guión muy inteligente, nos enseña el infierno sin necesidad de descender a él. La brutalidad está servida, de una manera salvaje y directa y crea la sensación de que el horror esté mucho más cerca de nosotros, ya que lo que vemos es lo que ve nuestro amigo Frank, interpretado magistralmente por el Sr. Elijah Wood. Seguro que estaréis pensando que si está rodada con cámara subjetiva, la actuación de éste es secundaria. Muy al contrario, las escasas apariciones, a través de espejos y reflejos de este magnífico actor, son escalofriantes. Su sola mirada basta para helarnos la sangre, ¿se puede hacer más con menos? El resto de actuaciones también son muy buenas, y todas las protagonistas femeninas aportan su granito de arena para dejarnos en estado de shock. Las justas escenas gore están muy bien rodadas, y hay que felicitar por su trabajo al equipo de efectos especiales. La fotografía es fantástica, crea atmósferas terroríficas en muy poco espacio. En cuanto a la música decir que está muy bien elegida, dejando constancia de lo bien que encaja la ópera con los filmes de terror, acongoja el clímax creado.
Hasta el título es apropiado. Pronunciarlo con toda la mala leche que podáis y así empezaréis a situaros para ver esta gran película. Seguro que será uno de los títulos más brillantes del cine de género de este año. A las pruebas me remito, ninguna crítica negativa entre las personas que me la han comentado. Buena señal, ¿no?
Firma: Josep M. Luzán.