Revista Cultura y Ocio
Manic Street Preachers, la banda galesa, editó el pasado 6 de abril su nuevo álbum Resistance is Futile, del que he ido poniendo varios adelantos desde finales del año pasado. Un servidor se ha hecho con la edición deluxe de CD que incluye el disco normal, un segundo con demos de los temas y todo ello dentro de un formato libro realmente cuidado, como es habitual en este grupo.
El disco ha sido grabado en su propio estudio Door to the river Studio de Newport, estrenado a posta para el álbum. Según comentan los miembros de la banda este disco "va sobre la memoria y la pérdida, la historia olvidada y la realidad confusa y el arte como lugar de escape e inspiración". James Dean Bradfield (vocals & guitars), Nick Wire (Bass and vocals) y Sean Moore (Drums) también ha declarado que es un álbum "obsesivamente melódico".
Dave Eringa, viejo conocido de la banda, se ha hecho con la producción del artefacto sonoro, quizás abusando de vez en cuando de teclados para mi sobrantes, pero en general no ocultando sus virtudes, que son muchas.
El disco comienza con People Give In, un tema de rock con arreglos de cuerda, que me quiere recordar de alguna forma a A design for life en el estribillo, aunque su ritmo es potente y tiene un inicio bastante llamativo. International Blue fue el primer single, un temazo bestial, muy en la onda de aquel primer disco de 1992, con unos adornos de teclados que no desentonan, aunque la guitarra de James Dean destaca notablemente. Distant colours es un precioso medio tiempo, que se rebela en el estribillo y se convierte en un himno rockero, enorme pieza. Vivian es un buen tema que empieza calmado y se anima en el estribillo donde destaca el sólo de la guitarra. Dylan & Caitlin cuenta con la colaboración de The Anchoress a la voz, cuyo nombre es Catherine Anne Davies, una cantante galesa, en un tema que es de tono acústico claro en su inicio y que se anima mucho para el estribillo donde la guitarra destaca, otra gran tonada que fue el tercer single. Liverpool revisited tiene mucha fuerza, gran canción rockera, sobre todo en la voz de James Dean Bradfield, con unos cambios de ritmo bastante acertados, además del buen sólo de guitarra.
Sequels of forgotten wars me vuelve a recordar a sus primeros años, tema vertiginoso y rockero, bastante incisivo y preciso. Hold me like a heaven relaja el tono, balada de corte medio acústico, con ligeros detalles de sintetizador, bien situada en el álbum, y con coros interesantes. In eternity es una canción que empieza calmada y se va elevando tanto en la lírica como en el ritmo, convirtiéndose en bastante potente. Y vuelve el rock con Broken Algorithms, de hecho quizás sea la tonada más rockera del álbum, muy en la onda de aquel primer álbum, incluyendo voces sincopadas y tono algo psicodélico. A song for the sadness es otro buen medio tiempo, de esos que a esta banda le sientan como un guante. The left behind es el tema que canta Nick Wire el bajista, crepuscular y bien colocado al final del trabajo, no desentona.
En resumen un muy buen disco de los galeses, están en muy buena forma y tienen mucho que decir todavía. Un disco con fuerza, fresco, lleno de buenos temas y vivo, que se escucha del tirón, a pesar de ciertos detalles de producción algo sobrantes, que no empañan.
Os dejo con el tema Dylan & Caitlin.