Templo de la Gran Logia Nacional de Francia, fotografía de
SIPA/V.S.D./PICARD JEAN, France SoirNo ha sucedido aquí, en España, sino un poco más al norte y en el seno de una Obediencia reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra: La Gran Logia Nacional de Francia.
No suelo ocuparme de los asuntos internos de otras organizaciones en este blog y esta no va a ser la excepción. Pero si me detengo sobre la última peripecia que ha afectado a la corriente masónica anglosajona en el país vecino es por lo sorprendente del hecho en sí: Un buen número de medios de comunicación franceses recogen en sus páginas el relato de la manifestación que tuvo lugar ayer, donde varios centenares de personas enarbolaron pancartas y carteles, ejerciendo el derecho a la acción de protesta y exigiendo la dimisión de la actual dirección de la Obediencia.
La Gran Logia Nacional francesa viene desde hace tiempo siendo objeto de atención de los medios. Problemas jurídicos de diversa índole entre los que es fácil perderse; intervención de los tribunales y nombramiento de una administradora judicial; tomas de posición de miembros de otras Obediencias francesas, han sido elementos presentes en los periódicos, blogs y listas de información en el último año y medio. No es para menos porque la situación es delicada.
A título personal, como digo, desconozco la génesis del problema y he de confesar que tampoco me interesa mucho. Sí me ha sorprendido cómo ha aflorado a la superficie la punta de este iceberg en un proceso de final incierto.
La Gran Logia Nacional de Francia nace en 1913, y es la culminación de un proceso desencadenado por la decisión adoptada por la Asamblea del Gran Oriente de Francia en 1877, que implicó la aplicación del principio de libertad de conciencia y, en lógica consecuencia, la desaparición de la obligación de creer en un ser superior y en la inmortalidad del alma. Quienes entendieron que semejante decisión hacía saltar por los aires una determinada "línea tradicional" se agruparon en lo que luego se ha dado por mal llamar "regularidad inglesa". No se ha de tratar en logia ni de política ni de religión, dicen. Sin embargo aquel cuya dimisión se pide, François Stifani, manifestó que la GLNF estaba a disposición del Presidente de la vecina República. Del actual Presidente... Una razón más para el escándalo que se debió montar ayer por la tarde a tenor de la letra de algunas pancartas.
Uno piensa cuando lee todas estas cosas que recogen los diarios del día de hoy, en lo diferentes que son unas entidades de otras; en los planteamientos tan distintos que se sostienen y en que, en efecto, son varias las "masonerías" que existen. No por ello puedo desear ningún mal aunque jamás me plantearía una militancia masónica en una organización dogmática. Y es que no hay organización que esté libre de las tensiones que van ligadas a la naturaleza humana. Es algo que nunca se debe olvidar.
Hecho el comentario, desde aquí, dejando la sorpresa que motiva la nota a un lado, no puedo menos que desear el mejor final para lamentable historia.
La noticia en algunos medios de comunicación:
Diario Libération
Diario Le Figaro
Diario Le Parisien
Diario France Soir
Europe 1
Et si omnes, ego non.