Ya no quiero más certezas,
ni embarcarme en rumbos que me son ajenos,
no quiero juntar pedazos de sueños rotos,
ni recoger el llanto del mundo entre mis manos.
No más minutos robados al olvido
ni el conformismo de las migajas que otorga el mundo
O el dolor que provocan los exilios no elegidos
Solo quiero entrar en los abismos
de los corazones cuando se abren a la intemperie.
Y salir indemne.
O no.