Revista Comunicación

Manifiesto del igualitarismo

Publicado el 14 enero 2019 por Universo De A @UniversodeA

A causa de que vivimos tiempos extremos, en los que las ideas e ideologías se defienden llevándose al fanatismo, negando la pluralidad o la libertad de expresión y pensamiento; se intercambia la justicia por la venganza, y cada vez hay una mayor tendencia al victimismo malintencionado, con el único propósito, no de conseguir derechos justos, sino privilegios; cuando se quiere convertir la tolerancia en un arma arrojadiza en vez de en una herramienta de diálogo… surge este manifiesto que presenta el movimiento o tendencia del igualitarismo.

El igualitarismo defiende la igualdad total y absoluta de oportunidades para todos; independientemente del género, rol, identidad, orientación sexual, raza, clase social… etc, de la persona.

Por supuesto, el igualitarismo es consciente de que todos somos diferentes y nuestras situaciones (de cualquier tipo) no son la misma; pero eso no significa que nuestras capacidades, aptitudes… etc, no estén por encima de ello, que sí lo están. Esto, el talento, es lo único que quiere valorar el igualitarismo, por encima de cualquier otra cosa. Es decir, qué podemos aportar al mundo, a nuestra sociedad… etc, cosa qué, en última instancia, siempre es lo más importante y beneficioso para todos.

Así pues, el igualitarismo quiere dotar a todas las personas de los mismos derechos, pero también de los mismos deberes. Sin privilegios ni distinciones. Igualdad de oportunidades para todos.

Por ello, necesariamente, el igualitarismo está en contra, y no defenderá ningún tipo de discriminación negativa o positiva; no apoya grupos que se victimicen o busquen culpabilizar a otros de su situación y mucho menos a aquellos que busquen atacar a otros; desprecia cualquier tipo de neologismo o palabra pseudotécnica que pretenda fomentar el odio hacia otro colectivo; desaprueba absolutamente el acoso, la presión social, reglar o imponer comportamientos… etc; pues el igualitarismo busca la justicia, no la venganza; el premio a la competencia, no la compasión; la adopción de esta ideología convencida y voluntariamente, no por coacción o moda de corrección política.

El igualitarismo es consciente de que vivimos en un mundo injusto y lleno de problemas… pero también que la humanidad ha progresado mucho desde su aparición en la tierra; por ello, su objetivo es, no hacer borrón y cuenta nueva, no destruir lo que ya hay y está establecido (y a lo que no se le debe dar más importancia de la que tiene en la práctica y vida real), sino construir a partir de lo que ya existe y arreglar lo que deba arreglarse; evitando así, una ruptura traumática, para seguir una línea de progreso, calmada, pero eficaz y segura, coherente con la historia y las tradiciones de cada lugar, hasta alcanzar la plena igualdad de oportunidades y derechos (sin olvidar jamás los deberes que ello implica).

El igualitarismo cree en la integración de todas las personas y la normalización de su situación, por encima de prejuicios que hay que superar: vive y deja vivir, podría ser uno de sus lemas.

Para conseguir esto, el igualitarismo hará uso de la educación, de formar en la importancia de que las máximas de la tolerancia y la empatía sean claves. Racionalidad contra emocionalidad para conseguir un resultado más asentado y duradero.

El igualitarismo es consciente de que su planteamiento no deja de ser utópico, pero cosas que lo parecieron más en su tiempo ahora forman parte indispensable e incuestionable de nuestra vida cotidiana. También sabe que no faltará quien se oponga, por motivos injustos y fanáticos que poco tendrán que debatir a la bondad de sus planteamientos que busca beneficiar a todo el mundo, en todo lo posible.

Respecto a sus ideales de futuro, el igualitarismo no pretende constituirse como formación política (ni muchísimo menos entrar en terreno tan resbaloso, es más, es una ideología absolutamente apolítica y apartidista), sino que las ya existentes, la acaben incorporando en sus programas con el tiempo. Siempre poco a poco: primero empezando por las personas individuales, después las formaciones de cualquier tipo, para finalizar extendiéndose a toda la sociedad; el ideal de esto sería que al principio se aplicara sólo nacionalmente (y a los ciudadanos correspondientes), y luego, se fuera extendiendo mediante hermanamientos con naciones afines; más que nada para permitir su sostenibilidad.

En definitiva, ¿cómo unirte a este movimiento o ideología?, es muy sencillo: sobre todo, adopta sus máximas en tu vida diaria, personal y profesionalmente; además, comparte y da a conocer este manifiesto para que todos tengan acceso a él y puedan hacer lo mismo que tú, y así comenzar la mejora social y un bien para toda la humanidad.

Si tienes dudas acerca de este manifiesto, no dudes en plantearlas en un comentario.


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