Revista Opinión

Manifiesto republicano, Palencia, 14 de abril

Publicado el 14 abril 2013 por Jangas

Todos los años, el 14 de Abril es un día de fiesta para quienes compartimos los ideales de libertad, justicia social, cultura y modernidad asociados en la memoria a la revolución que fue la Segunda República Española. A lo largo y ancho del país se celebran estos días encuentros, seminarios, actos públicos y Semanas Republicanas como la que hemos organizado en Palencia.

Son momentos de desprestigio de los dos partidos mayoritarios y de avances de políticas tecnócratas. Pero también son momentos para los que entendemos la refundación de la democracia y la política a favor de la mayoría social. Ante el cerrojo de unas instituciones que no permiten el ejercicio pleno de la Democracia, nos ponemos del lado de las exigencias de una sociedad que busca, precisamente, más democracia.

En medio del abismo entre el discurso de las élites políticas y la realidad de millones de personas, la Troika y el sistema bipartidista excluye de derechos sociales y de ciudadanía a cada vez más sectores. De esta forma, los poderosos no necesitan de la democracia. Pero no es menos democracia lo que precisa sino más. Necesitamos la afirmación de una radicalidad democrática para poner los recursos del Estado y de nuestro pueblo para avanzar en equidad, justicia social y libertad. Es decir, una República en cuyo cuidado y gobierno, todas y todos estemos comprometidos ejerciendo la responsabilidad en nuestra condición de ciudadanía.

La crisis del modelo de Estado surgido de la Transición, la pérdida de representatividad de las referencias políticas, la esclerosis de las instituciones del Estado ligadas al clientelismo bipartidista, su profunda corrupción, la oligarquización política como consecuencia de la Ley Electoral, la quiebra del referente europeo como espacio de igualdad y libertades o la crisis de valores son manifestaciones de una crisis profunda de la política. Porque lo que hace aguas hoy son aspectos sustanciales del “pacto de la Transición; El Estado social de derecho sufre recortes, las libertades políticas se restringen, la Ley Electoral es injusta; la España de los pueblos es hoy un modelo de Estado que no da salida a las aspiraciones de los mismos; la aconfesionalidad es letra muerta; el blindaje de la institución monárquica se resquebraja dejando en evidencia su inutilidad.

La crisis económica y sus consecuencias en España han mostrado la insuficiencia del modelo de participación política. También ha puesto de manifiesto la debilidad de nuestros derechos conquistados, burlados por quienes no sólo nos han sumido en la miseria y la postración en que nos encontramos, sino que alardean de los beneficios que están obteniendo con el reparto de las privatizaciones y el desmantelamiento del estado.

Si el caso Bárcenas ha puesto en evidencia el entramado corrupto en que se sustenta el Régimen nacido de la Transición y su alianza con las oligarquías, el Caso Urdangarín ha supuesto la ruptura del tabú de la Monarquía. Una Monarquía que no es un factor de estabilidad, antes al contrario, se ha convertido en un serio problema para España y su pueblo.

Para IU, PCE y UJCE se trata de ampliar aun más la Democracia, para conseguir que todos los cargos electos, incluido el Jefe del Estado sean elegidos por el pueblo, para que los derechos de las personas no sean potenciales sino imperativos, para concluir la actual descentralización en un Estado Federal, para que en las cuentas generales las prioridades sean la creación de empleo, la protección social y los servicios públicos.

Para conseguir todo ello, hablamos de la necesidad de un nuevo PROCESO CONSTITUYENTE que dé paso a UN NUEVO PROYECTO DE PAÍS. Hablamos de la construcción de un nuevo sistema constitucional que otorgue a las instituciones del nuevo Estado, necesaria y evidentemente una República; colocando la economía al servicio de las personas y no de los banqueros, con un sistema electoral justo, con medidas de regeneración de la vida democrática y contra la corrupción, fomentando la participación directa de los ciudadanos en un Estado federal, lacio y solidario.

Sin embargo, esto no será posible si miles de represaliadas y represaliados siguen “desaparecidos” en cunetas y fosas indignas. Por ello es imprescindible que el Estado asuma su responsabilidad y cumpla con los convenios y tratados internacionales por uno de los mayores genocidios de la historia contemporánea, Desde aquí seguimos exigiendo verdad, justicia y reparación. La Memoria de nuestro pueblo ha de seguir viva porque es portadora de Libertad.

Por tanto, Proceso Constituyente y recuperación de la Memoria han de ir de la mano, juntos, para poder realizar un nuevo proyecto de país.

Un país de tod@s y para tod@s

VIVA LA REPÚBLICA


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