Corría el año 1995, después del éxito de critica y pública del año anterior, un joven Quentin Tarantino prepara su próximo film, una película sórdida que nunca vería la luz, a pesar de rodar varias escenas, el equipo decidió parar todo rodaje tras un hecho acaecido, que amezaba con una demanda estratosférica, que no llegó a cambio de la promesa de un silencio sepulcral.
El joven director (por aquellas fechas) quería ampliar el mundo psicótico, visto en Pulp Fiction en la escena donde Marcellus Wallace es sodomizado por los dos psicópatas de la tienda. Para ello necesitaba una cara conocida para rodar una escena similar, donde un millonario influyente de edad media es secuestrado y obligado a deshacerse de parte de su patrimonio, sometiéndole a torturas que incluiría una escena de violación.
Tarantino contactó con un personaje famoso de la farándula estadounidense de la época como Donald Trump, quien a regañadientes acepto hacer una prueba, precisamente la escena de sodomizacion, a sabiendas que si era capaz de aceptar esa parte lo demás seria “pan comido”.
Para la prueba contaron con un extra, con poca experiencia en el mundo del cine, llamado Manolito Quate.
Quate se presento a la prueba sin saber mucho de que iba el tema, cuando llegó vio a un señor de 50 años en posición “aquí tienes tu casa”, como esperando que le soplarán la nuca. Manolito recibió unas instrucciones, confusas pero especificas: tenia que meterse en el papel y simular un acto sexual forzoso.
Ni corto ni perezoso Manolito Quate se metió en el papel, pero de forma excesiva, que le provocó una erección espontánea y, lo que tenia que ser una acción simulada, acabó con un momento truculento, que provocó sentimientos encontrados en el futuro presidente de los EE.UU.
Dolor y placer se unieron en el millonario cincuentón, quien entró en cólera y vergüenza, amenazando a todo ser viviente, provocando el entierro definitivo de aquel proyecto y señalando al mexicano y a todo México como los culpables de esta afrenda.
Luego vino el muro, que si todos los mexicanos son delincuentes…. Pero no será por esto que no es más que un delirio, pero que al menos habría explicado mejor todo ese odio contenido del político con aires de Musolini.