Nuestro adios a un gran músico, un inolvidable artista, genuino compositor, y ante todo un poeta de la música.
El reloj de la suerte marca la profecía,
deseo, angustia, sangre y desamor.
Mi vida llena y mi alma vacía.
Yo soy el público y el único actor.
Las olas rompen el castillo de arena,
la ceremonia de la desolación,soy un extraño en el paraiso,
soy el juguete de la desilusión.
Estoy ardiendo y tengo frío.
Frío...
Grito los nombres pero nadie responde,
perdí el camino de vuelta al hogar,sé que estoy yendo pero no sé hacia dónde,
busco el principio y sólo encuentro el final.
Las olas rompen el castillo de arena...
Termina el sueño, suena el disparo,
soy el delirio, soy la confusión,soy sólo un verso que está equivocado
mientras la muerte deja caer el telón.
Las olas rompen el castilo de arena...