OBRAS
MANOS A MI PARQUE, CHIHUAHUA · 24/05/2018
El taller del Desierto 2017 organizado por la Universidad del ISAD consistió en el diseño y la construcción de un proyecto de intervención urbana desarrollado en un ejercicio académico durante el pasado mes de julio. El eje rector de la propuesta fue la apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía. El grupo de trabajo era una mezcla de alumnos de diferentes semestres provenientes de la carrera de arquitectura y la de diseño –16 y 7 alumnos respectivamente– coordinados por 4 profesores.
La edición de ese año se sumó a los esfuerzos del Ayuntamiento Municipal, el programa de USAID, Juntos para la Prevención de la Violencia (JPV), IMPLAN y diversas asociaciones no gubernamentales que desde principios de 2017 consolidaron en la ciudad de Chihuahua un proyecto de trabajo comunitario denominado “Mi Colonia es Mi Casa en Riberas de Sacramento”. El objetivo de la intervención era el incremento de percepción de seguridad y cohesión social, así como la disminución de la incidencia delictiva.
Fotografía: © Delfoz
El ISAD observó una posibilidad de acción a través de un ejercicio de apropiación del espacio público; asumiendo la responsabilidad de generar en un mes de trabajo un proyecto construido para que contribuyese con la regeneración de áreas destinadas a parques y/o espacios deportivos. El programa culminó con la construcción de un prototipo a escala 1:1 a manera de instalación efímera, con el que se puedan poner a prueba, tanto los procesos de diseño como la funcionalidad de la propuesta.
La pieza se compone de 7 módulos con 5 programas diferentes: nodo comunitario, área de estancia, gradería deportiva, aula de educación ambiental y juegos infantiles. Basa su claridad constructiva en 4 elementos materiales: perfil metálico en ángulos para la estructura, tarimas reutilizadas para suelos y techos, tablas de madera para el mobiliario y malla-sombra para la cubierta. La disposición en forma de C en el punto central del parque dota a la pieza de un carácter articulador; por un lado, recoge un espacio central que anteriormente estaba en total desuso y, por otro lado, sirve como elemento de conexión entre las diferentes áreas del parque: las deportivas de futbol y baloncesto, la de juegos infantiles, las de tránsito y las de estancia. De la misma manera, por su disposición, genera un atrio alrededor de un nuevo patio o espacio de foro central dedicado a las activaciones vecinales para la creación de comunidad.
Fotografía: © Delfoz
Se empezó el trabajo de análisis del contexto entendiendo las dinámicas y los procesos que se daban en el barrio. Este primer ejercicio culminó con una actividad colaborativa para entender qué tipo de programas se podían abordar desde la óptica de la mayoría de habitantes de estos espacios públicos. A partir de ese punto se desarrolló un proceso de diseño en el que se tuvieron en cuenta las propuestas individuales de todos los alumnos del taller del Desierto, pero se fue canalizando para elegir en consenso una propuesta aglutinadora y poder cerrar entre todos, y con aportaciones de la comunidad, el diseño ejecutivo.
A la vez que se terminaba la propuesta de diseño se empezó con el proceso para conseguir los recursos técnicos y materiales necesarios para implementar la propuesta en sitio, así como los primeros acercamientos constructivos a través de prototipos. El proceso constructivo de la intervención duró una semana iniciando en los talleres de la Universidad y acabando con la instalación in situ de las piezas, su ensamblaje y los detalles finales de acabados y paisaje.