Revista Fotografía

Mantén limpio tu equipo y bien cuidado.

Por Tonibp @tonibp
Hoy os voy a comentar algo tan importante como el saber sacar una buena fotografía, o incluso mas importante, que es como mantener vuestro equipo en perfectas condiciones de limpieza.

Unos de los principales problemas que tienen las cámaras reflex y las nuevas evil es precisamente su mayor virtud, la posibilidad de cambiar de objetivos hace que el sensor quede expuesto y pueda no solo ensuciarse si no llenarse de arenilla que pueda rayar su superficie.

Marcas como Canon tienen ya de serie en toda su gama un sistema de limpieza activa por vibración del sensor para eliminar ciertas motas de polvo que se puedan pegar. Este polvo se acumula sobretodo por culpa de la electricidad estática que genera el sensor funcionando, por eso se recomienda que los objetivos sean cambiados con la cámara desconectada, para que el sensor no esté en funcionamiento.

Además, canon tiene otra opción para eliminar datos del polvo mediante la realización de una foto sin objetivo puesto en la cámara a un folio en blanco y bien iluminado, el firmware detecta las manchas y las intenta eliminar de las fotografías de forma similar a como la eliminamos usando la herramienta parche en photoshop.

Además del sensor, los objetivos y filtros son los que mas “sucios” tendremos.

Pero no solo nos tendremos que preocupar de la limpieza, si no de mantener el equipo bien cuidado y evitar sobretodo que los objetivos críen molestos hongos derivados de la humedad, y no solo las lentes, la propia cámara podría verse afectada por la humedad. Para ello es necesario tener dentro de la mochila donde guardemos nuestro equipo varias bolsitas de bolitas antihumedad.

Para la limpieza de los filtros y objetivos es imprescindible que tengamos en nuestro equipo un kit de limpieza compuesto por un cepillo de pelo suave, gamuzas de fibras antiestáticas, pera de aire (ojo, mirad antes que esta no suelte polvo de talco o gotas de agua ya que nos podría dañar las lentes y el sensor) y algún liquido que esté indicado especialmente para la limpieza de lentes y objetivos (las toallitas para limpiar gafas son muy recomendables)

Para empezar a limpiar tanto filtros como lentes tendremos que seguir los siguientes pasos:

Primero que soplar con la pera de aire la superficie de la lente.

Después usaremos el cepillo para eliminar cualquier otra partícula que pueda arañar la superficie.

El liquido siempre lo echaremos en la gamuza y esta la usaremos de forma circular para terminar de limpiar el resto de suciedad que quede en los cristales.

Estos pasos los haremos en ambas lentes del objetivo.

Para limpiar el sensor tendremos que ser algo mas cuidadosos, aunque lo que si tenemos que tener claro es que el sensor no lo vamos a tocar, ya que este se encuentra protegido por unos filtros que son los que romperemos antes de dañar el sensor. Esto no quiere decir que no tendremos que tener cuidado para limpiarlo.

En el mercado hay muchas soluciones para limpiar el sensor de la cámara nosotros mismos, desde sistemas de vacío para eliminar la suciedad a bastoncillos preparados de un solo uso para eliminar cualquier posible mancha que pueda tener.

Lo que si está claro es que jamás deberemos usar nada que tenga una textura áspera ni que pueda soltar fibras.

Lo que necesitaremos para limpiar el sensor es el mismo kit para limpiar las lentes, pero en esta ocasión vamos a cambiar el liquido limpia cristales por Alcohol isopropílico ya que al ser tan puro no nos dejará rastros y se evaporará rápidamente.

Para limpiar el sensor tendremos que realizar los siguientes pasos:

Primero tendremos que localizar la opción que trae nuestra cámara para levantar el espejo que nos permitirá acceder al sensor, antes de realizar este paso es imprescindible, para evitar disgustos, que la batería esté por lo menos mas llena de la mitad de su carga, ya que de quedarse la cámara sin energía se nos cerraría dicho espejo y podríamos romper el obturador si tenemos algo introducido dentro mientras limpiamos el sensor.

Buscaremos un sitio donde no nos moleste el aire ni el polvo y procederemos a quitar el objetivo o tapa que tengamos colocada en nuestra cámara, y procederemos a levantar el espejo.

Colocamos la cámara boca a bajo y usamos la pera de aire para soplar dentro de la cámara, es de cajón, si soplamos dentro con la cámara boca arriba las mismas partículas de polvo que eliminemos podrían volver a entrar además de que entrarán otras nuevas partículas. (tendremos que mirar antes que esta no suelte ningún tipo de sustancia aparte del aire), jamás soplar con los labios ni con una bomba de aire ni botella de aire comprimido, mas que nada porque podremos llenar la superficie del sensor y la cámara de agua o saliva.

Si tenemos un cepillo de pelo de caballo podemos usarlo para “barrer” la superficie del sensor y eliminar posibles partículas mas pesadas que no puedan haber sido eliminadas al soplar dentro, lo haremos sin presionar para evitar rallar la superficie.

Procedemos a echar un poco de alcohol en la gamuza y con mucho cuidado limpiamos la superficie del sensor, a ser posible colocaremos la gamuza en un bastoncillo y presionando con suavidad realizaremos movimientos de delante hacia atrás y de arriba hacia abajo para limpiar la superficie.

Lógicamente hemos tenido que colocar la cámara boca arriba para realizar los dos procedimientos anteriores, por lo que ahora tendremos que volver a repetir la limpieza con la pera de aire.

Si nuestra cámara tiene la opción de borrar el polvo de forma digital tendremos que volver a usar esta opción, ya que tendremos que grabar los nuevos valores del polvo en el firmware.

Colocamos el objetivo y procedemos a tomar una foto de larga exposición a un folio en blanco.

Comprobamos que no hay manchas de ningún tipo. De haberlas cambiamos de objetivo y realizamos la misma foto. Si siguen habiendo manchas es mas que posible que el sensor siga sucio o el proceso de eliminación de datos de polvo no se realizara correctamente y si esta vez la foto aparece limpia es que el objetivo anterior está sucio o el filtro que lleva colocado lo está.

Si tenemos un poco de cuidado al cambiar los objetivos, procurando hacerlo en condiones de poco viento y siempre con la cápara para abajo, el sensor no se nos debe de ensuciar demasiado, por lo que normalmente con solo soplar dentro limpiaremos todo el polvo acumulado.

Limpiando el resto del equipo
Si contamos con un segundo cepillo procederemos a limpiar el resto de la cámara y objetivos para eliminar cualquier partícula de polvo o arenilla que tenga. Eso si, tendremos que tener bien diferenciados los cepillos que usemos para limpiar el sensor, objetivos y filtros, que el del resto de componentes, para evitar que el segundo cepillo pueda contener alguna partícula que pueda dañar las lentes o el sensor.

Para terminar comentar una vez mas la necesidad de tener un filtro UV delante de cualquier objetivo que tengamos, esto nos va a ahorrar tiempo a la hora de limpiar el objetivo, ya que protegerá la lente superior de cualquier mancha y arañazos y siempre que terminemos nuestra sesión fotográfica es recomendable limpiar bien todo el equipo para evitar disgustos en nuevas sesiones.

El artículo Mantén limpio tu equipo y bien cuidado. podrás verlo completo en 10MPX.


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