Enfrascado en los últimos preparativos para la Jornada de mañana sobre la capacidad de influencia de la salud 2.0 (las plazas ofertadas se agotaron hace días, para el resto podréis seguirlo a través de la etiqueta #salu20 en Twitter), no quiero dejar pasar este día sin recordar que en lo concerniente a la malaria -como en otras tantas cuestiones- el equilibrio entre los logros y la tarea pendiente es frágil. Cerca de 1500 niñ@s muert@s cada día (1 por minuto) engrosan la lista de las personas que fallecen por malaria anualmente (unas 650.000), un 86% menores de 5 años. África, y especialmente la región subsahariana están a la cabeza de estas cifras macabras. Si bien la tasa de mortalidad se ha reducido un 33% en la última década, las cifras indican que todavía queda mucho por hacer. El año pasado, os dejaba datos sobre la situación, el decálogo de la OMS y el posicionamiento de varias ONGs (Save the children, Medicus Mundi y MSF); este año podemos leer en la web de la Alianza para hacer retroceder la malaria…
El lema del Día Mundial de la Malaria 2012 -el mismo que da el título a esta entrada- marca un momento decisivo en la historia de la lucha contra la malaria. Que el mapa de la malaria siga disminuyendo, como lo ha hecho en la última década, o sea reconquistado por los parásitos de la malaria, dependerá, en gran medida, de los recursos que se inviertan en las actividades de control en los próximos años.
Las inversiones en el control de la malaria han creado un impulso sin precedentes y han producido rendimientos notables en los últimos años. En África, las muertes por malaria se han reducido en un tercio en la última década. Fuera de África, 35 de los 53 países afectados por la malaria, han reducido los casos en un 50% en el mismo período de tiempo. En los países donde el acceso a las intervenciones de control de la malaria ha mejorado lo más importante, las tasas generales de mortalidad infantil han disminuido en un 20% aproximadamente.
Sin embargo, estos logros son frágiles y se revertirán a menos que la malaria siga siendo una prioridad para quienes toman las decisiones y son donantes a nivel mundial, regional y nacional. A pesar del actual clima económico, la ayuda al desarrollo tiene que seguir fluyendo hacia los programas nacionales de control de la malaria para garantizar el acceso generalizado de la población a las intervenciones salvavidas y costo-efectivas. El éxito a largo plazo también dependerá de las inversiones en investigación que están en curso y el desarrollo para combatir las amenazas emergentes, tales como la resistencia del parásito.
Mantener los esfuerzos de control de la malaria es una inversión para el desarrollo. La inversión continua en el control de la malaria ahora impulsará a los países con malaria endémica hacia cerca de cero muertes en 2015 y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente las relativas a la mejora de la supervivencia infantil y salud materna, la erradicación de la pobreza extrema y el aumento del acceso a la educación.
Y si quieres saber más, puedes hacerlo a través de la web del Grupo de Trabajo de Cooperación, Inmigración y Adopción de la Asociación Española de pediatría, leyendo el decálogo de cosas que no sabes sobre la malaria de PLAN o sobre las perspectivas esperanzadoras en materia de investigación que nos cuenta Gonzalo Fanjul en 3500 millones y viendo el testimonio en vídeo en la web de MSF.