Un día de estos leía un reportaje acerca del Mar Muerto y lo atractivo que era este para los turistas, especialmente porque a pesar de la gran profundidad de este gran lago salado, que está situado entre Israel, Jordania y los territorios Palestinos, las personas flotan en un estado de relajamiento inmenso.
A mi me encanta el océano, es uno de mis lugares favoritos y hacer todo tipo de actividad sobre el mar o en este. Como he comentado en distintas ocasiones uno de mis mayores disfrutes es el deporte que practico que es la natación y el nadar en el mar es para mi uno de mis mejores pasatiempos, además de ser una experiencia inolvidable. El mar tiene una gran ventaja y es que por sus minerales una flota más que en una piscina, factor que contribuye si se esta dispuesta a nadar unos cuantos kilómetros adentro de este.
El Mar Muerto o también conocido como Lago Tiberíades es un lago tan grande que a partir de esto se le denominó mar, este recibe aguas del Río Jordan, y tiene una característica que ha sido la que más ha llamado la atención de los turistas y es que por ser ocho veces más salado que cualquier océano, evita que los seres humanos se hundan, esto, porque por la alta salinidad, el empuje que ejerce este mar sea mayor que cualquier otro, haciendo así que las personas floten sin mayor problema, condición que los turistas aprovechan para también recargarse con los atributos de la gran cantidad de calcio, magnesio, potasio y bromo, minerales que enriquece estas profundas aguas.
A veces las circunstancias de la vida hacen que sintamos que nos hundimos en un inmenso y profundo mar. Circunstancias que podemos denominar divorcios, fracasos, frustraciones laborales, problemas familiares, contrariedades económicas, enemistades, cansancio y mucho estrés; me imagino que tal vez puedas enlistar algunas otras, así que hazlo y termina este párrafo con tus propias situaciones.
Vemos a nuestro entorno y nos alarmamos por el gran incremento de la violencia, de injusticias, inseguridad social, gobiernos de estado desubicados, y gran maldad por todo lado. De hecho, a veces con mucho temor de salir de nuestros hogares por no tener que enfrentar alguna de estas situaciones que degradan e indignan tanto la vida de las personas.
Es aquí donde nos preguntamos ¿dónde esta nuestro Mar Muerto? en el cual podamos flotar sin mayor esfuerzo, solo con las cualidades que este mismo ejerce contribuyendo a esto, y así poder cerrar los ojos por un instante para descansar en el. Mas a diferencia de esto, debemos hacer muchos esfuerzos para poder mantenernos a flote, viviendo, respirando.
Como todo ser humano buscamos seguir a flote y así evitar hundirnos en tristezas, desolaciones, preocupaciones, depresiones y frustraciones ocasionadas por algunas de las razones de nuestra lista interna y por las afecciones que ejerce las fuerzas de nuestro entorno en cada uno de nosotros, es como nadar contra corriente, o en aguas muy picadas.
El mantenernos a flote es un indicio de que somos luchadores, de que queremos seguir esforzándonos, y tratando de lograr nuestros propósitos aunque las aguas reboten en nuestra contra.
Míralo de la forma práctica, si nos mantenemos a flote ya ganamos, aunque las eventualidades sigan siendo malas. Cada día recuerdo que todo pasa y a pesar de que estemos con poca esperanza en nuestro interior, seguimos esforzándonos, el fin puede que no sea muy claro, pero el tiempo librará a favor de nosotros. Más si nos rendimos y dejamos de nadar nos hundimos, y esto pasa porque nos permitimos ser vencidos por el cansancio que ejercen los problemas o situaciones que estamos viviendo, y por esta razón nos es difícil ver la orilla y nadamos descontroladamente.
Una vez en una competencia en el mar eran 1.5 km de nado mar adentro, en una hermosa playa de mi país, iba nadando esforzándome lo suficiente para ganar uno de los primeros lugares y lo iba logrando, volteaba hacia atrás y veía gran cantidad de personas rezagadas detrás de mi y eso me llenaba de más ánimo todavía, más sin embargo en el tramo de regreso a unos 500 metros de la orilla me dio un gran cólico a un costado de mi abdomen, ya casi no podía respirar y aunque no quería parar, decidí hacerlo si de verdad mi meta era ahora llegar a la orilla, duramente tuve que cambiar de posición de estilo libre a “pancita para arriba” en una posición de flote.
Una de las situaciones fue que los nadadores que había dejado rezagados me pasaron, pero eso no era lo más relevante, lo más sorprendente para mi fue entender la importancia del descanso, y eso hice descanse, de “pancita para arriba” me tomé el tiempo para ver lo lindo que estaba ese día, estaba haciendo un sol tan radiante y hermoso, saboree la sal que ya estaba en mi paladar, pude ver algunas aves y me relaje.
Unos minutos después, cuando el cólico ya estaba disminuyendo, me voltee ubiqué la orilla y seguí nadando. Aproximándome a la meta algunos de mis amigos me gritaban dándome ánimos para seguir esforzándome y lograrlo, y así fue lo logré, no quedé entre los primeros tres lugares en mi categoría, pero llegué, no me hundí ni me sacaron a mitad de la competencia y aprecié todo lo que pasó alrededor de esto.
Así es la vida también, si estás en alguna situación en la que sientes que te hundes y ya no puedes más, voltéate “pancita arriba” y descansa, mira a tu alrededor y empieza por agradecer y apreciar lo que ves, tomate un respiro, tan solo descansa, y mantente a flote.
Luego de ese respiro ubica tu orilla y sigue sin parar, el sol seguirá allí llenando de luz tu camino para que llegue el día en que puedas ver para atrás y darte cuenta que la tormenta ya pasó, que lo peor desapareció y que empieza para ti un nuevo reto, una nueva meta que alcanzar, tan solo mantente a flote.
En ese proceso también, seguramente verás algunos de tus familiares o amigos gritándote ¡vamos tu puedes lograrlo! Tan solo mantente a flote.
“Lo que usted pueda hacer, o lo que pueda soñar, comiéncelo: la audacia tiene genio, poder y magia en sí” Goethe
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