Desde el día en que nacemos hasta mediados de los 30 años, nuevo hueso es formado más rápido de lo que el hueso viejo es eliminado, manteniendo el esqueleto saludable, fuerte, denso y flexible. Luego de los 35 años, este delicado proceso comienza a ser revertido, poniéndonos en riesgo a perder masa ósea y aumentar las posibilidades de fracturas.
Aquí, cuando nuestro esqueleto comienza a perder gradualmente densidad y puede lentamente debilitarse con el tiempo, muchas mujeres se encuentran en riesgo de sufrir osteopenia, el adelgazamiento de la densidad ósea a un nivel no saludable. Entre los riesgos de desarrollar esta patología, no es sorprendente que fumar y el alcohol tiene gran incidencia sobre esto.
Siguiendo unos pasos simples para mantener los huesos saludables, podemos disminuir el riesgo de que estos se quiebren. Como la edad afecta la fuerza ósea, las caídas se vuelven uno de los mayores riesgos de fracturas. Manteniéndonos físicamente activos e involucrados en actividades que aumenten nuestro equilibrio, como puede ser el yoga, podemos ayudar a evitar estos males.
Entre otras cosas, como dejar de fumar en caso de que se haga, la dieta que consumamos es un factor muy importante para mantener la salud de nuestro esqueleto. Tanto el calcio como la vitamina D son dos nutrientes fundamentales para esto. Algunas comidas ricas en calcio incluyen la leche, el yogurt común, quesos, los higos secos y las sardinas. Pero es necesaria la vitamina D para poder asimilar este calcio en nuestro organismo, y para ello podemos consumir pescados como el atún.