Los cables de una bicicleta son fundamentales para el correcto funcionamiento de los cambios y también de los frenos, en el caso de que no lleve frenos hidraúlicos.
Aunque actualmente ya hay bicicletas con cambios electrónicos, más del 90% de bicicletas siguen llevando un cambio mecánico. El funcionamiento de estos cambios mecánicos es realmente sencillo. Se trata simplemente de un cable de acero trenzado que al accionar el pulsador del cambio tira en una dirección u otra del cambio para que cambiar el desarrollo de la bicicleta.
En el caso de los frenos ocurre exactamente igual, al accionar las manetas de los frenos, se tira del cable y éste tira de las zapatas para frenar la bicicleta.
Los cables son todos de acero. Pero existen cables de acero que van recubiertos con teflón. Esto hace que la fricción sea inferior a la de los cables normales y su funcionamiento sea más fino. Los cables son realmente baratos, y la diferencia de precio entre los normales y los de teflón también es muy reducida, por lo que es interesante comprar éstos últimos.En la bicicleta los cables van recubiertos por fundas, con el fin de protegerlos del agua, la suciedad y demás elementos que puedan entorpecer su funcionamiento.
Mantenimiento de cables y fundas
El mantenimiento es realmente sencillo. En el caso de que nuestros cables no estén recubiertos con teflón, bastará con echar aceite un par de veces al año. Es interesante que el aceite sea lo más líquido posible, para que se distribuya bien por todo el recorrido.
En el caso de que los cables estén recubiertos con teflón no hay que añadir aceite, ya que si éste se mezcla con el teflón se forma una pasta que impedirá el correcto funcionamiento de los cables.
No obstante, debido al bajo coste de los cables, si notamos que empiezan a fallar lo recomendable es poner un cable nuevo.