El colchón es un elemento fundamental dentro de nuestro día a día. Pasamos muchas horas en él a lo largo de nuestra vida y es imprescindible para un buen descanso y para mantenernos saludables. Cada noche nos acostamos en él, lo utilizamos día a día, pero como está claro que no tiene el mismo protagonismo estético que otros elementos como lámparas o muebles, no solemos prestarle la atención y los cuidados que se merece. Sin embargo, es un elemento mucho más necesario que cualquier lámpara o mueble con el que contemos en nuestro hogar.
Siendo honestos, solamente nos preocupamos de su estado cuando ya realmente no nos ofrece las mismas prestaciones que al principio o no dormimos cómodos en él. Y es cierto que, de manera inevitable, con el paso del tiempo irá perdiendo prestaciones, pero podemos alargar su vida considerablemente si le prestamos los cuidados y el mantenimiento adecuado.
Por esta razón, en este post pretendemos dar una serie de consejos e ideas para el mantenimiento no solo de su colchón, sino también de la base sobre el que éste se apoya, ya sea una base tapizada, un somier o un canapé abatible, pues la base de nuestro colchón también es fundamental para conseguir un descanso de calidad y un sueño reparador.
Consejos básicos de mantenimiento para todo tipo de colchones
A la hora de realizar el mantenimiento de colchones en general, ya sean de viscoelástica, de muelles o de látex, hemos de realizar varias acciones imprescindibles.
Es fundamental la aireación del colchón. Es una tarea fácil, que no cuesta nada ni supone ningún tipo de esfuerzo pues solamente tendremos que abrir las ventanas al levantarnos durante un rato para dejar que el colchón se airee. Unos 15 min serán suficientes en invierno, mientras que en verano el tiempo recomendable es unos 30 min. Por lo tanto, no es nada recomendable hacer la cama nada más levantarnos.
Además, si es un colchón de nueva adquisición, es recomendable también dejar que se airee un rato tras quitarle el embalaje de plástico y luego ya, colocarle la ropa de cama.
Una muy buena opción es colocar al menos una vez al año el colchón en posición vertical junto a una ventana para que se airee durante unas horas, teniendo en cuenta que no es recomendable que esté expuesto al sol directamente.
También es importante darle la vuelta al colchón de manera periódica. Junto con la aireación del colchón, otro consejo fundamental es que lo volteemos y/o giremos cada cierto tiempo. Y es que no todas las zonas de cuerpo humano pesan lo mismo, de manera que en la parte del tronco el colchón ha de soportar un peso mayor que en la zona de las piernas. De manera que volteando o girando el colchón no hacemos presión de manera permanente en los mismos lugares y evitamos que el colchón se hunda o deforme antes de tiempo.
Hemos de tener en cuenta que, antes de dar la vuelta al colchón, hemos de asegurarnos de que las capas de materiales que lo compongan sean los mismos o similares en ambas caras, pues hay colchones que solo llevan el acolchado de visco en una cara y otros que tienen cara de verano con visco-gel o visco-grafeno y cara de invierno solo con viscoelástica, por ejemplo.
En el caso de que el colchón no fuera adecuado para darle la vuelta, la solución sería girarlo, colocando la cabeza en la parte de los pies y los pies en la parte de la cabeza. La clave es evitar ejercer presión siempre en las mismas zonas.
Este volteo del colchón es recomendable hacerlo cada semana si el colchón es nuevo, de esta manera todas las capas que componen el colchón quedan asentadas. No obstante, lo normal en el caso de los colchones nuevos es que pierdan en este tiempo de adaptación aproximadamente el 10% de su altura inicial.
Una vez pasados los primeros tres meses de adaptación debemos girar de cabeza a pies y voltear el colchón cada 6 meses.
Consejos de limpieza para todo tipo de colchones
Aunque nos pueda parecer lo contrario, la limpieza de colchones no es algo muy complicado, a no ser que presenten manchas importantes.
Como norma general, al igual que hacemos con nuestro sofá si es de tela, tendremos que pasar la aspiradora por toda la superficie como mínimo una vez al mes.
Muchas veces pensamos que esto no es algo necesario, pues el colchón está cubierto por la ropa de cama, pero a pesar de esto los ácaros se acumulan en su superficie y ésta es la única forma de eliminar cualquier resto de polvo o de ácaros.
En el caso de que sea necesaria una limpieza más profunda, lo más recomendable siempre es leer la etiqueta del colchón para cerciorarnos de que procedemos a limpiarlo de la manera adecuada. En las etiquetas de los colchones aparece información fundamental sobre su composición y cuidados, por este motivo no es nada recomendable quitarlas.
De todas maneras, no es nada recomendable realizar limpiezas en seco sobre la tapicería del colchón, ni tampoco empaparlo mucho. Lo que deberíamos hacer de forma general, es intentar quitar la mancha con un trapo humedecido en agua y jabón neutro. Tras eliminar la mancha, debemos asegurarnos de que el colchón quede completamente seco, colocándolo en un lugar ventilado y sin que reciba directamente la luz del sol.
El proceso de limpieza se simplifica mucho más si podemos desenfundar el colchón. Existe una amplia variedad de colchones desenfundables, y por lo general, los colchones de látex suelen serlo. De esta manera nos ofrecen la posibilidad de quitarles la funda y lavarla en la lavadora usando un programa en frío para prendas delicadas o a mano, en un recipiente con agua fría y jabón neutro.
También podemos colocarle nosotros mismos una funda adicional al colchón, independiente de la que éste lleve. Esta funda actuará de barrera entre nosotros y el colchón y lo protegerá, además podemos quitarla y lavarla de manera regular. Se recomienda lavar la funda al menos una vez al mes y hemos de asegurarnos de que ésta sea impermeable y transpirable, pero no es necesario que cuente con ningún tipo de acolchado.
La única excepción a la colocación de este tipo de fundas, son los colchones de látex, pues hemos de asegurarnos de no colocar una funda impermeable, pues aunque ésta sea transpirable, no ofrecerá la transpiración suficiente para colchones fabricados con este tipo de material.
Especificaciones para colchones de muelles
Los colchones de muelles están formados por un núcleo de muelles que puede ser de diferentes tipos. Actualmente los más vendidos y recomendados son los colchones de muelles bonell o de muelle bicónico y los de muelles ensacados.
Los muelles bonell o muelles bicónicos son los muelles tradicionales, con forma de reloj de arena, es decir, con un estrechamiento en la parte central del muelle.
Los muelles ensacados son igual que los anteriores pero cada uno de los muelles va en un saco independiente. Esto, según numerosos estudios, garantiza mejor la independencia de lechos al trabajar cada muelle de manera independiente.
Puede obtener una información mucho más detallada sobre este tipo de colchones y otros del mercado en el post “Colchones, todo lo que debes saber“.
El contar con una buena información, no solo de las características del colchón sino también sobre su mantenimiento, es fundamental antes de decidirnos a comprar un colchón nuevo.
Los colchones de muelles garantizan una gran transpirabilidad, por lo que son los más recomendables para personas calurosas. También aportan al durmiente una base de firmeza media-alta.
Antes de decidirnos a comprar un colchón de muelles u otro hemos de tener en cuenta el peso que ha de soportar el colchón, para evitar que se hunda antes de tiempo o no nos aporte la comodidad deseada.
Los consejos de mantenimiento y cuidado para los colchones de muelles son los mismos que para el resto de colchones, pero en este caso hemos de resaltar la importancia de contar con una buena base.
No es nada recomendable colocar un colchón de muelles sobre un somier de láminas, pues puede deformarse fácilmente al haber huecos entre las lamas del somier, con lo cual, si tenemos un colchón de muelles hemos de contar con una base tapizada para garantizar un buen descanso y una buena durabilidad del colchón en sí.
Especificaciones para colchones de látex
Los colchones de látex están formados por un núcleo de látex y una funda. Esto quiere decir que para que un colchón de látex sea de calidad no ha de llevar simplemente una capa de acolchado de látex, por muchos centímetros que contenga, y un núcleo de otro material, sino que su interior, su núcleo, ha de ser todo de látex. Esta es la única forma de garantizar que ese colchón nos va a proporcionar todos los beneficios y ventajas de látex como material para el descanso.
Podemos encontrar dos tipos de látex:
–Látex natural: procede del árbol del caucho.
–Látex sintético: es un derivado del petróleo. Más barato de producir y menos ecológico.
En el mercado no existen colchones de látex natural 100%, sino que hay mezclas. Hemos de fijarnos por tanto en el porcentaje de látex que lleva de cada tipo. Cuanto más látex natural, mayor calidad y adaptabilidad, pero también mayor precio.
En cuanto a su mantenimiento, los colchones de látex son un poco más “delicados” que el resto.
El látex es un elemento poco transpirable por sí mismo por lo que puede salirle moho más fácilmente de lo que pensamos. Por eso es fundamental que ayudemos al colchón a transpirar mejor para lo que deberemos:
-Abrir las ventanas cada día para ventilar la habitación.
-Evitar en la medida de lo posible la condensación de humedad dentro del dormitorio.
-No hacer la cama nada más levantarnos, sino dejar que el colchón se airee retirando las mantas y sábanas.
-No es recomendable poner una funda adicional, pues generalmente los colchones de látex van preparados para ser desenfundados. Si ponemos una funda más disminuimos la transpiración.
-En el caso que pongamos una funda adicional evitar que sea impermeable y asegurarnos de que es bastante transpirable.
-Asegurarnos de no colocar el colchón de látex sobre una base tapizada. Los colchones de látex han de colocarse sobre un somier de láminas que favorezca la transpiración del colchón. Cuanto más espacio quede entre las láminas, mucho mejor, pues la transpiración será mayor.
-Se recomienda también abrir la cremallera de la funda del colchón de vez en cuando para que se airee el núcleo mejor. Esto podemos hacerlo el día en que vayamos a cambiar las sábanas. Antes de colocar las sábanas limpias abrimos la cremallera y dejamos que se airee el colchón un rato.
Estas especificaciones, podemos llevarlas a cabo teniendo en cuenta además los consejos de mantenimiento y limpieza especificados anteriormente para todo tipo de colchones.
Especificaciones para colchones de viscoelástica
A diferencia del resto, los colchones viscoelásticos no cuentan con un núcleo de este material, sino que la viscoelástica se encuentra en el acolchado del colchón o pegada al núcleo que suele ser de HR, un tipo de espuma especial para colchones de alta resilencia, aunque también podemos encontrarlos con núcleo de muelles o látex.
Un ejemplo es el Colchón Viscoelástico Nephertum de Comodón:
Al igual que comentábamos con el látex, existen dos tipos de viscoelástica diferentes:
–Viscoelástica espumada: también podemos llamarla viscoelástica de poro abierto. Se consigue añadiendo un producto químico que reacciona con la viscoelástica y hace que se formen huecos, o poros abiertos de gran volumen en todo el material. Este tipo de viscoelástica transpira más, pero no es homogénea por lo que se usa en colchones de calidad media-baja.
–Viscoelástica modelada: se consigue de la misma manera que la espumada, pero la reacción se realiza dentro de un molde cerrado, de manera que se consiguen poros más pequeños pero un material más homogéneo.
Para que un colchón viscoelástico sea de calidad, además del tipo de visco que contiene hemos de fijarnos en su densidad. Para que nos ofrezca un buen descanso ésta no ha de ser menor de 30 kg, aunque los colchones de la gama más alta pueden presentar una densidad de entre 60 y 85 kg.
El principal inconveniente de la viscoelástica es su baja conductividad térmica, pues disipa el calor generado por nuestro cuerpo de manera muy lenta. Esto puede provocar que, sobre todo en los meses más calurosos nos de calor. Para solucionar este problema, en la actualidad podemos encontrar viscoelástica mezclada con otros materiales que nos aportan beneficios extra:
–Viscoelástica con gel: Es un tipo de viscoelástica que incorpora partículas de gel. La función de estas partículas es absorber el calor generado por el cuerpo proporcionándonos un descanso más fresco. Hay colchones que contienen este acolchado solo en una de las caras, que será la que usaremos en verano.
–Viscoelástica con carbono o titanio: La principal ventaja de las partículas de carbono y las de titanio es su efecto ionizante, que ayuda a descargar la energía estática que genera nuestro cuerpo a lo largo del día.
–Viscoelástica con grafeno: El grafeno tiene propiedades muy parecidas a las de las partículas de gel, pues permite disipar el calor que genera nuestro cuerpo hasta con un 55% más de efectividad que la visco sin grafeno. Además, cuenta con grandes propiedades anti-bacterianas y con efecto ionizante. Para más información sobre el grafeno, puede ver la entrada sobre “El grafeno ha llegado al sector del descanso“.
Hay colchones que cuentan con diferentes tipos de visco combinados, por ejemplo, un colchón con visco grafeno y visco gel.
En relación a los consejos de mantenimiento, los colchones viscoelásticos son los menos delicados de mantener, por lo que es suficiente con los descritos antes, que podemos detallar de manera muy resumida a continuación:
-Favorecer la aireación y transpiración.
-Darle la vuelta de forma regular. Antes de darle la vuelta al colchón de viscoelástica, hemos de asegurarnos de que contenga las mismas capas de visco en el otro lado. Para ello deberemos mirar la etiqueta del colchón. En el caso de que no sea así, deberemos girar el colchón colocando la parte de la cabeza en la de los pies y viceversa, pero sin darle la vuelta.
-Colocar un funda impermeable y transpirable que pueda lavarse.
-Pasar la aspiradora por toda la superficie de manera regular para evitar la acumulación de ácaros y polvo.
En cuanto a la base adecuada para los colchones viscoelásticos, podemos colocar nuestro colchón viscoelástico sobre una base tapizada siempre que cuente con tejido 3D, sobre un somier de láminas de madera o sobre un canapé abatible con tejido 3D.
Importancia de la base de nuestro colchón
A la hora de conseguir un equipo de descanso que se adapte y favorezca nuestras necesidades hemos de tener en cuenta no solamente que el colchón sea de calidad, sino también que la base sobre la que se apoya sea la más adecuada y esté en buen estado.
En el mercado existen básicamente dos tipos de bases: los somieres de láminas y las bases tapizadas
Somier de láminas
Los somieres de láminas están formados por una estructura de acero y una serie de láminas fabricadas generalmente de madera.
En los somieres más caros las láminas suelen ser de haya y en los más baratos de chopo. Además, el somier a partir de 135 de tamaño ha de llevar un refuerzo en el centro para evitar que las láminas se comben.
Existen diferentes tipos de somieres de láminas, dependiendo de la anchura de las láminas y del hueco que quede entre ellas.
Podemos encontrar somieres con lamas flotantes, unidas a la estructura mediante tacos de caucho por lo que aportan una mayor flexibilidad y adaptabilidad del colchón. Además, evitan ruidos.
También podemos encontrar somieres articulados eléctricos que nos permiten cambiar la posición del cuerpo solamente apretando un botón, por lo que aportan un plus a nuestro descanso. Se puede conseguir una información más detallada sobre este tipo de somieres en el post “Todo sobre las camas articuladas eléctricas: características, ventajas e inconvenientes”.
La firmeza del somier dependerá del número de láminas y de su anchura. En la actualidad podemos encontrar somieres con reguladores de firmeza que nos permiten contar con una base que nos aporte más firmeza si colocamos los reguladores en los lados, o un nivel de firmeza menor si los colocamos en el centro.
Para los colchones de látex este es el tipo de base recomendada. Además, para una transpiración óptima es recomendable que el somier sea de láminas finas y con buena anchura entre ellas.
También pueden usarse somieres de láminas para colchones de viscoelástica pero no son recomendables para colchones de muelles.
Antes de colocar nuestro colchón sobre el somier, hemos de asegurarnos de que recoja completamente el colchón, es decir de que no sea más pequeña que el colchón que queremos poner. También es imprescindible el buen estado del somier, para ello debemos comprobar que no haya ninguna lámina rota, y que no estén combadas, pues ello podría deformar el colchón.
Los expertos recomiendan cambiar el somier o la base sobre la que se apoya el colchón a la vez que cambiamos de colchón, para asegurar que obtenemos todos los beneficios que nos puede aportar nuestro nuevo colchón.
Base tapizada
Una base tapizada es una base rígida sobre la que se coloca nuestro colchón. Está formada por un tablero con varios refuerzos perimetrales y centrales. Este tablero suele ser de partículas de madera compactadas resistente a la humedad y también suelen ir multiperforadas para favorecer la aireación. La base está tapizada generalmente con un tejido que favorece la transpiración llamado 3D, u otro tipo de tapizado transpirable y que además favorece la no movilidad del colchón sobre la base.
Este tipo de base tapizada es ideal para colchones de muelles, pues proporcionan al colchón una base rígida sobre la que apoyarse todos los muelles por igual, evitando deformaciones del colchón. También es una buena opción para los colchones viscoelásticos.
No obstante, cuando coloquemos una base tapizada, nuestro colchón podrá transpirar menos que con un somier, por lo que es especialmente recomendable facilitar y promover la aireación del colchón con las medidas antes descritas (abrir las ventanas, no hacer la cama inmediatamente, etc).
También, igual que hemos comentado con los somieres de láminas, antes de poner un colchón nuevo sobre una base tapizada antigua, hemos de cerciorarnos de que esté en perfecto estado, para evitar que afecte al colchón y lo estropee antes de tiempo.
Canapés abatibles
Los canapés abatibles son el mueble de moda, pues además de su bonito diseño nos permiten aprovechar perfectamente el espacio de debajo de la cama para guardar objetos cotidianos como mantas, sábanas, etc.
Los canapés abatibles están formados por una base tapizada, aunque también pueden contar con un somier de láminas de madera o incluso un somier articulado y un arcón en el que guardar objetos.
La base va unida al arcón mediante unos hidráulicos que nos permiten levantar y bajar la tapa cómodamente para guardar nuestras mantas.
Finalmente, el canapé cuenta con tejido 3D en la base para evitar que el colchón se resbale al abrir la tapa y con un tope metálico que sujeta el colchón cuando abrimos la tapa.
Para una información más detallada sobre los canapés abatibles, puede leer nuestro post “Canapé abatible, todo lo que necesitas saber y más”.
Las recomendaciones de mantenimiento de los colchones sobre los canapés abatibles con somier de láminas y con base tapizada son las mismas descritas antes para los somieres y las bases sin canapé.