Carmena sigue quitándole importancia a los delitos de los manteros. Decía que “necesitamos que sean las personas que están en las mantas y están haciendo estas ventas las que se acerquen a nosotros porque en el fondo la sociedad les ha echado. Si no les damos posibilidad de legalizar su situación les abocamos a la ilegalidad”, ha dicho.
Estimada Sra. Carmena:
La sociedad no ha “echado” a nadie, simplemente, los “manteros” no forman parte de ella porque se trata de emigrantes ilegales; es necesario que profundice vd. en el término “ilegal” que, en su calidad de Magistrada, sabe perfectamente lo que significa. Convertir en “legal” su situación, equivale a admitir como ciudadano de la Unión Europea a todo aquel que sea capaz de arribar a nuestras costas, sea en patera, a nado o en yate de lujo, algo con lo que nuestros socios no van a estar muy de acuerdo y si no, pregunte vd. a franceses o alemanes, países en los que la derecha xenófoba y radical está alcanzando los primeros puestos en unas elecciones democráticas. El buenismo, querida alcaldesa, no soluciona los problemas, que como vd. misma señala en otro párrafo no reproducido de sus declaraciones, no se encuentra en los individuos, sino en las organizaciones mafiosas que les facilitan el material “pirata” que ofrecen a bajo precio en las calles. Claro que esa será una labor difícil, especialmente en un país como España en el que el precio del delito es extremadamente barato.
Tristemente, estimada alcaldesa, no podemos acoger la totalidad de personas que pretenden alcanzar una vida mejor en territorio europeo; se hace más imprescindible que necesaria una regulación, y en dicho término va implícita una prohibición, vocablo del que huyen como de la peste todos los progresistas militantes, aunque lo único que un servidor les ha visto hacer a ustedes en las pocas áreas de poder que han alcanzado, es prohibir, eso sí, en nombre de la libertad.
Atentamente:
Alejandro Pumarino