Afortunadamente, la mayoría de la población, por protección de nuestra salud y de la de los demás, ya nos hemos acostumbrado al uso de la mascarilla y a la utilización del gel hidroalcohólico. Los niños también lo están haciendo muy bien; los más pequeñitos suelen ser obedientes con lo que les trasladan en el colegio y también en sus casas. Pero si para muchos adultos hay medidas para combatir la COVID-19 que no les quedan claras (o que no aceptan), imaginad los peques.
Hace días nos enteramos de que un chiquitín de 3 años, residente en Lalín (Galicia), tuvo que ser traslado al hospital con lesiones oculares provocadas por el gel hidroalcohólico que otro niño de su misma edad le había aplicado en ojos cuando estaban en el comedor del centro escolar. El resultado, triste, fue un trasplante de membrana amniótica.
Los peques, ni en el cole ni en casa, deben tener un acceso directo a estos productos. Son los padres y los profesores quienes tienen que administrarlos. Pero no solo el mal uso del gel o de las mascarillas debe preocupar a los progenitores. También la piel de los pequeños -más delicada- puede verse afectada por el uso de productos de protección. Por ello, hay que seguir unas normas sencillas para que no solo se protejan de contagios sino para que no se provoquen posibles lesiones.
Medidas de pies a cabeza
Todos estaréis informados de que vuestros chicos deben acudir al cole con dos mascarillas (una puesta y la otra de repuesto, para cambiarla a las cuatro horas), que deben lavarse las manos cinco veces durante la jornada escolar y que también deben usar (con orientación los más pequeños) el gel hidroalcohólico.
Quizás, accidentalmente, algún niño se ha frotado los ojos después de aplicarse el gel -restregándose una mano con otra durante 20 segundos, como recomienda el Ministerio de Sanidad-, porque puede ser el que el producto todavía no se haya evaporado. En ese caso y actuando con celeridad se debe aplicar agua fría varias veces. Si el picor persiste el peque debe acudir a un centro médico.Lo más indicado es que los hidrogeles (mejor en dispensadores de pedal que los que se activan con la mano) sean administrados por los adultos; una pequeña cantidad en cada mano y siempre que éstas estén secas. Durante 20 segundos los peques se deben frotar las manos y también los espacios entre un dedo y otro y las uñas. Y luego esperar a que el gel se evapore. Aunque se deben lavar las manos, al menos, cinco veces al día nunca lo deben hacer inmediatamente después de la aplicación del gel.
Las mascarillas más indicadas para los niños -en nuestro país las deben llevar los mayores de 3 años- son las quirúrgicas, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) "recomienda usar mascarillas de tela para prevenir la transmisión" en la franja de edad de los escolares. También desde el organismo internacional se transmite que, cuando se quiten la mascarilla para comer, "no se toquen la cara y no compartan vasos, cubiertos, alimentos o bebidas con otros".
Calzado y ventilación de espacios interiores
Muchos centros escolares cuentan, a la entrada de acceso, con alfombras desinfectantes del calzado. No es una medida obligatoria en nuestro país, pero sí adecuada. En lo que se hace hincapié, tanto desde el Ministerio de Sanidad como desde la OMS, es en una ventilación adecuada de las aulas "para que aumente el flujo de aire total en los espacios ocupados (...). Ha de ser limpia y natural siempre que sea posible (por ejemplo, mediante la apertura de ventanas) y el aire no se debe reciclar". Se recomienda que el flujo de aire exterior esté en marcha desde dos horas antes de que se ocupe el edificio. En cuanto a los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, la OMS señala que "es esencial contar con normas rigurosas de instalación, mantenimiento y filtración".
Consejos no solo a flor de piel
Un tema importante. Muchos peques y adolescentes tienen algún problema cutáneo o, simplemente, acné. El uso de la mascarilla puede provocar una dermatitis de contacto o un molesto picor. Tiene solución, tanto para los niños -que en las aulas llevan más tiempo la mascarilla- como para nosotros mismos. Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología, la recomendación es lavar bien el rostro con jabón neutro y, con la cara ya seca, aplicar una crema hidratante que no tenga fragancia. Siempre una hora antes del uso de la mascarilla. El aceite puro de rosa mosqueta es una estupenda elección -de venta en farmacias y parafarmacias - para aplicar tanto en el rostro como detrás de las orejas (las gomas a veces dejan molestas marcas en sus pieles más delicadas). Este aceite -antioxidante y regenerador- aumenta el flujo de oxígeno en la piel.
Los labios también suelen resecarse con el uso continuado de esta banda protectora. Una solución casera es aplicar sobre ellos un poco de aceite de oliva extra virgen o, si preferís, el aceite de rosa mosqueta. Ambas cosas se deben poner sobre los labios antes de acostarse, ya que así su uso será más efectivo. Durante el día es mejor no llevar cacao o bálsamos labiales debajo de la mascarilla. Para la noche hay otro tipo de labiales de productos naturales sobre los que os pueden asesorar en las farmacias.