Revista Filosofía

Manual para civilizar personas iv

Por Occidental En Lucha @occidentaldecad

FASE III

SER VIRTUOSO (O DEL PROCESO DE LA VOLUNTAD)

El siguiente paso a efectuar después de conseguir una concepción sensata de la virtud es la consecución de la misma. Aquí entramos en un terreno espinoso pues no es lo mismo saber que debe ser, que ser. En este paso juega un variable que ha perdido crédito intelectual en los últimos tiempos después de épocas de idolatría de la misma: la Voluntad. El descrédito en la época inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial ha creado después de medio siglo una conciencia de irresponsabilidad de acción. Ya no se acusa a la gente por los daños o perjuicios que causa sino que se analiza sus antecedentes políticos, familiares, psicológicos, los cuales permiten atenuar el peso de sus acciones, a veces, hasta la obtención de una verdadera irresponsabilidad. Este caso lo observamos constantemente en los medios de comunicación y las películas de trama criminal. Es el conductismo psicológico la teoría que ha marcado la interpretación moral de la Sociedad. Todos somos conducidos a nuestras acciones últimas de forma que el libre albedrío queda suspendido. Pero... ¿qué son entonces los logros de los deportistas de élite? ¿y del que ha base de esfuerzo ha conseguido sacar su carrera universitaria mientras trabajaba? ¿o aquella que sacó a su hijo adelante después de un embarazo adolescente? Estos son casos ejemplarizantes de la vida cotidiana pero tienen su contra-ejemplo en otros como ¿te acuerdas de aquel que se "enganchó" a la heroína y atracó la propia casa de sus padres por conseguir la dosis diaria? ¿o ese que se convirtió en ladrón de coches? ¿o aquel otro que su papa le pagaba todo y apenas fue capaz de sacarse el instituto? ¿o aquella casquivana del 3º que abortó y sigue en las mismas?...

Lo más triste no es eso, sino como por encima de esta teoría social se ha desarrollado una pseudo-mitología contra el esfuerzo, la voluntad y el sacrificio personal tanto individual como colectivo (ejemplo lo tenemos en la depauperación de héroes nacionales, hechos incontestables como la Conquista y Colonización de América, la proliferación en la novela y la vida pública de "héroes" de la vida fácil en la prensa del corazón, el fútbol, la música, etc....). En consecuencia para llegar al objetivo hay que vencer las ataduras "de seda" de la sociedad contemporánea que justifican nuestras conductas no éticas, cómodas y egoístas.

Si hay algo, creo, difícil en este mundo, es el cultivo de la voluntad. Todos estamos sometidos a la presión de los apetitos del espíritu y de la carne. La progresión en esta fase  dura toda la vida.  ¿Y como se suma en la aritmética de la voluntad?. En mi opinión, una pequeña guía puede ser ésta:

-         Empezar por una rutina de ejercicio físico, aunque sea moderado. Esto permite forjar una capacidad de sacrificio y de superación además de una doctrina, en sus niveles más altos, de control del dolor.

-         Hacer un ejercicio de causa y efecto sobre las repercusiones de nuestros actos individuales en los demás, casi mejor, desarrollar mentalmente una generalización de nuestros actos individuales en el resto de los ciudadanos y especulando sobre la repercusión de este comportamiento global en la sociedad, comunidad o entorno referido y valorarlo en una escala de nobleza y bajeza personal (por ejemplo impago de impuestos, "pisar con malas artes" un puesto de trabajo o tirar papeles a la calle).

-         Analizar tus emociones y apetitos conteniéndolos de vez en cuando o haciendo lo contrario como ejercicio de estoicismo dentro de una disciplina fija, como puede ser dos o tres veces al día (por ejemplo, si deseas comer imperiosamente negarlo o si no pensabas dar nada al indigente de turno ser generoso con él)

Estas rutinas pueden suponer un fuerte esfuerzo pero al final te dará un mayor libre albedrío y te liberará de las ataduras de formas menores del sufrimiento, egoísmo y el placer, que por cierto, son las más comunes en las sociedades occidentales.


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