Se le llama sueño lúcido a una experiencia onírica en la que el durmiente consigue cierto nivel de consciencia acerca de que está soñando, de que su cuerpo físico está reposando sobre su cama, y que se encuentra en un plano onírico, donde es libre para hacer todo lo que no se atrevería a llevar a cabo durante la vigilia, en la “vida real”. El nivel de consciencia respecto a esto puede variar desde uno muy ligero hasta otro bastante profundo en el que el sueño puede sentirse perfectamente idéntico a la realidad que experimentamos mientras estamos despiertos.
Algunos de nosotros lo hemos experimentado casi por accidente, otros jamás lo han podido vivir en carne propia, y hay a quienes les sucede de manera recurrente, pero ¿Qué me dirías? Si te informara de que existe un entrenamiento diseñado con el propósito de que puedas alcanzar esta clase de sueños en el momento en el que tú así lo desees.
Quizás no te has dado cuenta de lo que esto significa pero te estoy diciendo que puedes vivir toda clase de experiencias fascinantes en lugares imposibles y creados a partir de tu propia imaginación, con tan sólo irte a dormir y poner tu mente en marcha para inventar tus propias aventuras oníricas en las que todo puede ocurrir y donde el único límite lo pone tu imaginación. Aquí te mostraré el modo de lograrlo.
Lo primero que debes hacer es desarrollar la habilidad para recordar tus sueños, pues de nada te va a servir tener sueños lucidos en los que viajas por lugares del mundo a los que en la realidad no podrías permitirte, si no puedes recordar que así fue. Para esto hay un consejo muy básico: Cada vez que vayas a dormir hazlo con la intención de recordar lo que sueñes. Muchas veces esto es suficiente para lograrlo pero estamos acostumbrados a no darle importancia a los sueños y es por eso que no somos capaces de rememorarlos al despertar. Sin embargo, si esto te funciona más bien poco, usa una libreta en la que anotes tus sueños diariamente, con la mayor cantidad de detalles que puedas recordar, aunque sólo sean breves destellos del mismo. Con el paso del tiempo esto te ayudará a volverte más hábil para recordar con mayor profundidad y detalle tus ensoñaciones. Un consejo aquí sería el de que dejes pasar la menor cantidad de tiempo entre el momento en el que despiertas y en el que anotas el sueño, porque de este modo se facilita el poder recuperar en la mente la mayor cantidad de señas del sueño. Aunque no puedas describir con total claridad lo ocurrido mientras dormías intenta hacerlo, en ocasiones tus anotaciones pueden constar tan sólo de unas pocas palabras, o frases sueltas, que son las que al leerlas te hacen revivir ligeramente una porción de lo soñado esa noche. Recolecta en tu libreta la mayor cantidad de sueños que puedas, entre más tengas, mejor podrás recordarlos en el futuro.
Muy bien, hecho esto lo siguiente se trata de poder distinguir el sueño de la realidad, aunque no lo creas esto puede llegar a ser muy complicado, he tenido sueños en los que he podido arrojar personas a decenas de metros de distancia de donde yo estaba, y aun así, después de unos minutos, volvía a dudar si estaba despierto o no.
Sé que todo esto puede sonar a una locura, sobre todo si es que jamás has tenido uno de estos preciados sueños en los que te das cuenta de que se trata precisamente de una ensoñación, pero créeme que existen, la ciencia los acepta como fenómenos verdaderos e incluso se ha estudiado la actividad eléctrica del cerebro vía electroencefalograma durante estas experiencias, que suceden comúnmente en la fase de movimientos oculares rápidos del sueño.
Regresando al entrenamiento, hay ciertas cosas que pueden ayudarte a reconocer que estás soñando, la que posiblemente sea la mejor es la de generar hábitos de “comprobación de la realidad”, como por ejemplo, el de a lo largo del día contarte de vez en cuando los dedos de las manos, o el de mirar la hora del reloj, y apenas pasados unos segundos volver a mirarla, la razón para esto es que si te habitúas a hacer esto en diferentes momentos del día, ese hábito también va a aparecer en tus sueños y entonces podrás notar que allí posees dedos de más o de menos, y que la hora cambia de maneras drásticas y alocadas de un momento a otro, y así podrás llegar a la conclusión de que no se trata de otra cosa más que de un sueño en el que estás inmerso.
En los sueños las luces suelen no encender cuando presionas el apagador, también puede que sientas dificultades para correr, o al contrario, que lo hagas con una sorprendente facilidad y velocidad, en un sueño puedes taparte las fosas nasales y seguir respirando sin problema, todas estás claves pueden usarse para poner a prueba la realidad y cerciorarte de si estás soñando o no.
En los sueños pueden ocurrir cosas totalmente ilógicas y disparatadas, sin ninguna clase de sentido, pero se sienten tan reales que aun así no nos damos cuenta de que eso no puede ser cierto y que debemos de estar dormidos. Es por esto que las pruebas o comprobaciones de realidad son un componente básico del repertorio de conductas que requerirás para poder inducirte en un sueño consciente. Recuerda, a la más mínima duda recurre a uno de esos tests de realidad, eso aumentará tu tasa de ocurrencia de experiencias lúcidas de sueño.
Si ya puedes tanto recordar cómo distinguir al plano onírico lo siguiente es crear en él. Puedes hacer aparecer objetos, tal y como los imagines, lo mismo que personas, o lugares, y hacer que estos se comporten como tú quieras. Para esto una de las técnicas consta de cerrar los ojos en el sueño e imaginar lo que deseas que aparezca como si ya estuviese allí, después abres los ojos y allí estará. No obstante esto no es una certeza pues se trata también de una cuestión de práctica. Además puedo agregar que en mi experiencia propia, por alguna razón que desconozco, hay sueños que son más difíciles de controlar que otros, creo que esto depende también del grado de consciencia que desarrolles durante la experiencia.
Finalizaré la primera parte de este manual con un aspecto del que me parece importante hablar, se trata del siguiente: En ocasiones puede pasar que sí logras hacerte consciente de estar soñando te emociones al saber que puedes hacer lo que sea con tu sueño, esto puede hacer que te despiertes, por lo que debes controlar tus emociones, de hecho yo recomendaría que antes de empezar a modificar lo que ocurre en tus sueños los dejes fluir sin ninguna intervención, sino sólo conservando el conocimiento de que estás dormido. Pruébalo, estoy seguro que con el tiempo lo irás dominando cada vez más, no es tan complicado, es posible que consigas tu primer sueño lúcido intencionado en las primeras 2 o 3 semanas de intentarlo. El hecho de buscar voluntariamente está clase de experiencia ayuda ya bastante, pero también debes tomártelo con compromiso y esperando que en verdad ocurra.
Esto es todo por ahora, pronto publicaré una segunda parte en la que se puedan abordar más detalles sobre el tema.