Revista Cultura y Ocio

"Manual para mujeres de la limpieza" de Lucia Berlin

Publicado el 25 septiembre 2016 por Juancarlos53

" Llegamos al puente y al olor de México. Humo, guindilla, cerveza. Claveles, velas, queroseno. Naranjas y orines. Bajé la ventanilla y asomé la cabeza, contenta de estar en casa. Campanas de iglesia, música ranchera, bebop, mambo. Villancicos de las tiendas para los turistas. Ruidosos tubos de escape, bocinas, soldados estadounidenses borrachos de Fort Bliss. Señoras respetables de El Paso, compradoras serias,cargadas de piñatas y garrafas de ron."

Pienso que la cita anterior contiene tres características esenciales de la escritura de La primera es ese estilo impresionista, breve, enumerativo, hecho de frases cortas que encierran en sí muchas sensaciones; la segunda, sin lugar a dudas, es el choque cultural entre dos naciones -Estados Unidos y México- tan cercanas geográficamente pero tan diferentes la una de la otra; y la tercera queda referida a cómo esa escisión cultural está presente en la propia Lucia Berlin tal y como ella misma la muestra en algunos de sus relatos:

"Por supuesto que aquí también soy yo misma, y tengo una nueva familia, nuevos gatos, nuevas bromas... pero sigo tratando de recordar quién era en inglés. " (dice en "Hasta la vista", historia que transcurre durante su estancia en Ciudad de México, pág. 276)

Lucia Berlin (1936-2004), es una escritora norteamericana nacida en Alaska pero conocedora del español y de la cultura hispana por haber vivido durante muchos años en Santiago de Chile, en estados norteamericanos en los que el español goza de buena salud (Nuevo Mexico, Colorado o California) y también en Ciudad de México. Lucia Berlin sintió pronto una imparable vocación literaria que practicó en forma de relatos cortos escritos en los breves intersticios apacibles de una vida dura, cambiante en muchos aspectos (lugar de residencia, estado civil, uniones sentimentales, estancias hospitalarias por mor de su adicción alcohólica, ocupaciones laborales de lo más diverso...) como fue la suya. Precisamente sus experiencias vitales están en la base de los más de 76 cuentos que escribió a lo largo de su existencia.

"Manual para mujeres de la limpieza"

El volumen aparecido en España hacia el mes de mayo de este año se compone de 43 relatos elegidos por Stephen Emerson, amigo personal de la escritora y responsable de la edición, de la introducción y del epílogo ("Un apunte sobre Lucia Berlín") donde nos pone al tanto de la vida real de la escritora y el reflejo en su literatura. Cuando S. Emerson hace en 2015 la selección de relatos que compondrán este libro, la vida de la autora hace ya 11 años que ha concluído; por ello el editor organiza los relatos de modo que, aunque no de manera lineal, -ella tampoco escribía al dictado inmediato de la experiencia vivida por sí o vista en otros-, sí que la reiteración de algunos asuntos (la dependencia alcohólica, la enfermedad de su hermana Sally, los matrimonios rotos, los hijos, el mundo de la droga, la figura de la madre y abuelo alcohólicos, el padre distante y autoritario, los empleos: profesora, señora de la limpieza, enfermera, recepcionista en una consulta médica...) hace que en la cabeza del lector se vaya dibujando la Vida de una mujer concreta, Lucia Berlin, que aunque aparezca en los relatos bajo nombres diversos sin embargo sus relaciones afectivas, sus ocupaciones laborales, sus problemas con la bebida, etc. nos llevan a pensar en un único y concreto ser humano: ella.

Lydia Davis, la prologuista, escribe un fantástico estudio de 13 páginas en el que hace un análisis serio, concienzudo y muy ameno de leer en el que da muchas de las claves literarias contenidas en los relatos que la autora escribió desde siempre pero que empezó a publicar a partir del año 1960 en diferentes revistas, entre ellas una dirigida por el mismísimo Saul Bellow. Lydia Davis confiesa su admiración y amistad con Lucia Berlin desde el momento que leyó en 1981 el primer pequeño compendio de relatos que le publicaron en forma de libro.

Por último creo que en esta edición de la editorial Alfaguara hay que destacar la belleza del español utilizado por la traductora, Eugenia Vázquez Nacarino, que logra transmitir la emoción, la viveza y riqueza idiomáticas pretendidas a buen seguro por su autora.

En cuanto al título del volumen éste proviene del nombre de uno de los cuentos, "Manual para mujeres de la limpieza" , el cuarto de la selección, que apareció por vez primera en 1977.

En desorden, pero de manera ciertamente reiterativa, vemos que la mujer protagonista de la mayoría de los cuentos, ese 'yo' que habla bajo distintas denominaciones, ha sufrido y vivido lo que no está escrito. Ha sido alcohólica , hija de madre alcohólica y de padre ausente debido a su profesión en el mundo de la minería y a su participación en la segunda guerra mundial; su abuelo era un dentista muy aficionado también a la botella; sus relaciones afectivas la han hecho madre y mujer casada a la temprana edad de 17 años auqnue pronto su primer marido la abandonó. Volverá a casarse más tarde con un pianista de jazz que conoció en la Universidad de Nuevo México al que dejará por un amigo común también músico de jazz, Buddy Berlin, de quien tomará y conservará el apellido. Buddy es un hombre encantador pero, desafortunadamente adicto a la drogas, adicción que ella bordeó pero en la que no llegó a caer. Afortunadamente tuvo momentos de enorme lucidez que la llevaron a abandonar a este hombre (" Supe con una certeza repugnante que siempre que tuviera que elegir entre los niños y yo o las drogas, Noodles elegiría las drogas. ") y aceptar los consejos de otros de cabeza más asentada, entre ellos sus propios hijos, que propiciaron su abandono del alcoholismo no sin denodados esfuerzos.

Vemos en estos relatos a una mujer que, sola, lucha por salir adelante haciendo lo que haya que hacer: mujer de la limpieza, profesora, enfermera, encargada de la recepción de un consultorio médico..., aunque siempre su gran vocación desde la niñez haya sido la escritura de relatos cortos, de cuentos, que iría coleccionando y a veces publicando en periódicos y revistas. Durante las más de 40 narraciones que forman esta colección muchos son los lugares donde la mujer protagonista -Lucia Berlín, sin duda alguna- vive: Alaska, Santiago de Chile,Arizona, Nueva York, Oakland, Boulder (Colorado), Los Ángeles, Albuquerque (Nuevo México), Veracruz o Ciudad de Mexico, El Paso (Texas), Berkeley... Ya sólo hacer enumeración de los mismos explica la riqueza vital que acumuló -y disfrutó- esta mujer que llamaba muchísimo la atención por su belleza.

Junto al alcoholismo el otro gran asunto que toca en sus historias es el de la Muerte. La muerte sobre todo emerge cuando en los relatos aparece Sally, su hermana enferma de cáncer y casada con un mexicano. Lucía vivió en Ciudad de México cerca de esta pareja tras acudir presurosa a atender a Sally durante su enfermedad. Esos duros momentos de lucha contra el cáncer se muestran en esos relatos pero no en una atmósfera de pesar y tristeza constantes sino que, por el contrario, a menudo la risa, el humor, se abre paso en medio del sufrimiento y triste penar inherentes a la enfermedad. Y es que en Berlin la alegría se impone por encima del penar impuesto no pocas veces por las circunstancias:

"La única razón por la que he vivido tanto tiempo es porque fui soltando lastre del pasado. Cierro la puerta a la pena al pesar al remordimiento. Si permito que entren, aunque sea por una rendija de autocompasión, zas, la puerta se abrirá de golpe y una tempestad de dolor me desgarrará el corazón y cegará mis ojos de vergüenza rompiendo tazas y botellas derribando frascos rompiendo las ventanas tropezando sangrienta sobre azúcar derramado y vidrios rotos aterrorizada entre arcadas hasta que con un estremecimiento y sollozo final consiga volver a cerrar la pesada puerta. Y recoja los pedazos una vez más. " (pág. 423)

En mi opinión sobre los asuntos y la vida impresionante e interesantísima de la autora patente en sus cuentos está su magistral manera de escribir. Para mí esto es lo que da un valor superior a su escritura. A mí me han gustado muchas cosas de su estilo literario. Señalaré algunas de ellas:

    Estilo conversacional. A veces la autora o la narradora, o la narradora-autora, dialoga con los lectores a través de interpelaciones directas: "Quedé hechizada. (Mirad ya estoy hablando como ella). Hechizada en el recibidor ".
    El narrador. En algunos cuentos, por ejemplo en "A ver esa sonrisa", me ha llamado especialmente la atención el cambio de narrador, siempre en primera persona, en las secuencias que componen el relato. En un momento quien habla es Jon, el abogado al que acude Jesse para que Carlotta no entre en prisión por los cargos que se le imputan: agresión y resistencia a la autoridad, lascivia pública, alcoholismo publico, corrupción de menores..., en fin toda una serie de difícil solución. El otro narrador es ella misma quien desde su punto de vista (focalización múltiple o perspectivismo) nos habla de lo mismo que Jon, dándonos, eso sí, informaciones suplementarias a las que de otra manera nos habría sido imposible acceder.
También en "Punto de vista" juega de manera interesantísima con la persona gramatical al cambiar sin previo aviso de la 3ª, neutra y objetiva, del relato que está escribiendo
sobreHenrietta a la 1ª, subjetiva y personal, de su mundo real. Los dos mundos -ficción y realidad- se superponen, se mezclan, se confunden... ¡Maravilloso!
    Reflexión sobre el propio acto de escritura. Hay cuentos, por ejemplo el ya citado "Punto de vista", en los que la narradora, en un auténtico ejercicio de metaescritura, va comentando la diferencia que hay entre hacer un texto en 1ª o en 3ª persona. Muy, muy, interesante.
Quiero decir que si les presentara así a la mujer sobre la que estoy escribiendo..."Soy una mujer de cincuenta y tantos años, soltera. Trabajo en la consulta de un médico. Vuelvo a casa en autobús. Los sábados voy a la lavandería y luego hago la compra en Lucky's, recojo el Chronicle del domingo y me voy a casa", me dirían: eh, no me agobies.En cambio mi historia se abre con: "Cada sábado, después de la lavandería y el supermercado, Henrietta compraba el Chronicle del domingo". Ustedes escucharán todos y cada uno de los detalles compulsivos, obsesivos y aburridos de la vida de esta mujer solo porque está escrita en tercera persona. Caramba, pensarán, si el narrador cree que hay algo en esta patética criatura sobre lo que merezca la pena escribir, será que lo hay. Seguiré leyendo a ver qué pasa.
    Un idioma vivo. Me encanta en Lucía Berlín esa manera tan norteamericana, tan coloquial, tan directa de escribir. Su escritura me ha recordado mucho a Raymond Carver [leer la reseña que hice de su obra ""], a Cheever y a otros escritores estadounidenses de relatos cortos. Con palabras de Juan de Valdés que hiciera suyas Santa Teresa de Jesús diría que la Berlin escribe como habla; es decir, al leerla se percibe la fuerza,, el tono y el ritmo del idioma vivo. También me encanta el empleo del sonido onomatopéyico que sustituye a la difícil y artificial descripción ("venían los caballos. Cloc, cloc, cloc ") O en "Estrellas y Santos" cuando se refiere a la habilidad y soltura con que las niñas tiraban y recogían en sus manos las tabas lanzadas al aire ("plas, plas, plas ").
    Expresividad. Dentro de esta modalidad oral, de esta viveza idiomática está la manera amablemente brusca de cortar las frases. Me ha recordado mucho el estilo de los buenos monologuistas, tipo Eva Hache, que cortan la frase, la pausan, la detienen..., añadiéndole significados implícitos que enriquecen 'muy mucho' el acto comunicativo
"Nunca trabajéis en una casa con "preescolares". Los bebés son geniales. Puedes pasar horas mirándolos, acunándolos en brazos. Con los críos más mayores... solo sacarás alaridos, Cheerios secos, hacerte inmune a los accidentes y el suelo lleno de huellas del pijama de Snoopy. "
    Evocaciones. Uso frecuente y muy efectivo del flash back: Antes me he referido a cómo el tema de la Muerte ocupa no poco espacio en la obra. Precisamente es en esos momentos del fallecimiento de alguien cuando se recuerdan sucesos protagonizados por el muerto o vividos junto a él en el pasado. En el cuento titulado "Panteón de Dolores"se parte del Día de muertos para a través de las Ofrendas llegar a Sally, a su madre y a otros fallecidos. La acción tiene lugar en la época de Bush pero la evocación nos lleva hasta los tiempos de la segunda guerra Mundial.
    Técnica del contrapunto. Dentro de la brevedad propia del cuento a veces Berlín hace uso del contrapunto presentado de manera clara a través de signos tipográficos delimitadores de los distintos momentos. Así en el cuento titulado"Manual para mujeres de la limpieza" Maggie, la narradora, al tiempo que va tomando las diferentes líneas de bus que la conducen a las distintas casas donde trabaja desde que murió Ter, su marido, nos cuenta anécdotas que le han sucedido con las distintas señoras de las mismas así como los pensamientos que le sobrevienen a ella y que presenta contenidos dentro de paréntesis.
    Estructura innovadora en algunos cuentos. El mismo cuento anterior que por algo da título a todo el volumen presenta una original estructura al estar organizado en secuencias numeradas según las paradas del bus (ej. 42. -PIEDMONT, o 18 - PARK NOULEVARD - MONTCLAIR).
    Finales abiertos y sorpresivos que incitan a la reflexión y fuerzan una sonrisa crítica por la ironía que encierran:
"Era un hombre enorme, alto, muy gordo y muy viejo. Incluso desde fuera, mientras recobraba el aliento, noté su olor. Tabaco y lana sucia, sudor rancio de alcohólico. Tenía unos ojos azules de querubín inyectados en sangre, y sonreía con la mirada. Me gustó de entrada." (pág. 411)
"[el apartamento estaba] Justo encima de Alcatel Liquors, justo debajo del White Horse, y enfrente del 7-Eleven. Bien ubicado. "
"Este debe de ser el pueblo más sano de todo el país. En las fiestas universitarias o en los partidos de fútbol no se bebe. Nadie fuma, ni come carne roja o dónuts bañados de azúcar. Puedes ir solo por la calle de noche, salir de casa sin cerrar las puertas con llave. Aquí no hay bandas y no hay racismo. Tampoco hay muchas razas, de hecho. " (pág. 389)
    Fuerte culturalismo expresado especialmente a través de referencias musicales y literarias que en algunos momentos llegan a unirse como se ve en su cuento "Temps perdu":
"Vinteuil es un músico imaginario que aparece en "Por el camino de Swann" en la obra "En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust. Su "Sonata para violin y piano" se cree inspirada en la de Guillauime Lekeu de igual nombre así como en la Balada de Gustave Fauré y él mismo en Camille Saint Saëns. " (pág. 119)
    Humor. La alegría que le servía de contrapeso a sus múltiples penalidades aparece en algunos momentos, de manera muy natural, en forma de expresiones llenas de sano sentido humorístico.
"Ninguno de los chicos había querido acompañarme. Me vestí. Encendí un fuego con leña de pino, preparé un termo de café. Dejé lista la masa para las tortitas, di de comer a los perros y los gatos y a la cabra, Rosie. ¿Teníamos también un caballo? En tal caso, me olvidé de darle de comer. " (relato "Gamberro adolescente").
" Hoy ha habido un terremoto en California. Max llamó para decir que no ha sido culpa suya y que no encuentra a su gato." (relato "Hasta la vista")
[El abuelo coleccionaba noticias sobre accidentes] "Rocambolescos: hombre encolerizado lanza una sandía por la ventana de un segundo piso. La sandía golpea a su mujer en la cabeza y la mata, rebota, golpea al bebé en el cochecito, lo mata también, y ni siquiera se rompe. " (relato ""Doctor H. A. Moynihan")

Sus deseos por hacerse escritora y sus relaciones con periodistas y con músicos en la órbita del jazz explican el fuerte componente cultural que en sus relatos hay referido especialmente a literatura y música. En muchos de sus cuentos se pueden rastrear títulos, autores, canciones, y cantantes. "Querida Conchi" es un relato en donde la narradora escribe a su amiga Conchi contándole sus relaciones, sus anhelos y demás:

"Me matriculé en Periodismo porque quería ser escritora, pero el periodismo consiste precisamente en cortar cuando se pone interesante..."
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"[Bob Dash]habla mucho de libros que nunca he oído nombrar y me ha prestado una docena... Sartre, Keerkegard (¿se escribe así?), Beckett y T. S. Eliot, muchos más. Me gusta un poema titulado "Los hombres huecos"."
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"Joe me dijo que el que estaba hueco era Dash. [...] Dice que tengo que escuchar a Patsy Cline y a Charlie Parker como antídoto. Leer a Walt Whitman y El ángel que nos mira de Thomas Wolfe."
"La primera vez que se enamoró de las palabras fue con El bote abierto de Stephen Crane. Cada semana venía el encargado de la biblioteca, le devolvíamos unos libros y escogíamos otros. Los latinos usan aquí un elaborado lenguaje de signos. CD y yo empezamos a hablar en el lenguaje de los libros. Crimen y castigo, El extranjero, Elmore Leonard." (pág. 398)
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[Durante una estancia en la cárcel asiste a cursos de escritura] "nos leíamos nuestras historias o nos turnábamos para leer en voz alta. "El blues de Sonny", de Baldwin. "El asesinato", de Chéjov . (pág. 403)
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"estoy leyendo a Jane Austen. Su prosa parece música de cámara, pero es auténtica y divertida al mismo tiempo. " (pág. 237)
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[Byron Merkel] "La invitaba al teatro. Canción de cuna. El zoo de cristal. [...] La importancia de llamarse Ernesto. Las vírgenes de Wimpole Street. " (pág. 274)


Muchos son los temas musicales que se citan en los cuentos que forman este libro. He buscado la mayoría de ellos en spotify para poderlos escuchar tranquilamente recordando la maravillosa literatura de Lucia Berlin. Los he colocado, como suelo hacer habitualmente, en la página que dedico a la "Música que me gusta escuchar" [ pinchar aquí]. Pero para los perezosos incluyo en esta entrada 6 de los más de 30 que he encontrado. A mí me encantan. No sé a vosotros.


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