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“Manual para mujeres de la limpieza”, Lucía Berlín (2014)

Publicado el 14 noviembre 2019 por Joaquinvarela
“Manual para mujeres de la limpieza”, Lucía Berlín (2014)Hace unos años pillé una especie de gripe el día de Reyes, y me sobreviví a mi día favorito en cama leyendo un libro de relatos de Flannery O’Connor. Creo que desde entonces, ni tan siquiera Raymond Carver ha sido capaz de causarme la impresión que me produjo este libro.
Cuando me gusta un libro tengo la mala costumbre de buscar qué dicen los críticos (los que viven de eso y los que no -que a veces son los mejores-), y como otras veces acabo en El País, que titula su reseña “Olor a verdad” en el artículo de José M. Guelbenzu. Qué certero. También, incluso con su gran dosis de ironía, me gusta la reseña de Rodrigo Fresán en el ABC . Para que no digan.
Los relatos de Lucía Berlín son un chupinazo de vida,  sólo los podría haber escrito una mujer que vivió en media América,  que se casó tres veces,  que trabajó de todo para sacar adelante a sus hijos y murió sin ver reconocido un talento tan inmenso: Manual para mujeres de la limpieza se editó diez años después de su fallecimiento, prologada por Lydia Davis y fue un éxito inmediato. Una forma de retratar su entorno, a menudo de gringa entre hispanos, con una ternura que lo impregna todo.
"Ahora abro la puerta de la sala de espera y Toby, que está todo contrahecho y tembloroso, Toby, que no puede hablar, está ahí. Toby, que mea y caga en bolsas, que come por un agujero en el estómago. Toby viene a abrazarme riendo, con los brazos abiertos. Es como si estos chavales fueran la respuesta de un dios tarado a ciertas oraciones. Todas esas madres que no quieren que sus hijos crezcan, que rezan para que su crío las quiera para siempre. Las respuestas a esas oraciones fueron enviadas en forma de Tobys.
   Desde luego los Tobys pueden romper un matrimonio o una familia, pero cuando no lo hacen parece darse el efecto contrario. Hacen salir los sentimientos más profundos, buenos y malos, y las fuerzas y la dignidad que de otro modo un hombre y una mujer nunca habrían visto en sí mismos o en su pareja"(...)
Ahora seguro que me entienden.

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