En esta ocasión te presento una manualidad que nos han animado a realizar desde el colegio de Lucy. Es fácil y resultona, y perfecta para San Isidro, que aunque no vayan al colegio por el confinamiento, en esta casa habrá una niña que se va a disfrazar de chulapa de todas maneras.
¿Y qué chulapa va sin clavel? ¡Pues ninguna! Porque con esta manualidad podrás hacer uno (o varios) fácil, rápido y del color que quieras.
Y si no celebras San Isidro, no pasa nada porque es una manualidad de primavera estupenda y así puedes añadir una flor más a tus manualidades de esta estación del año.
En nuestro caso hemos realizado los claveles en rojo, y de dos tamaños diferentes. Vamos a necesitar:
- Papel de seda del color que queramos
- Pajitas verdes (para el tallo)
- Hilo
- Tijeras
- Grapadora
- Regla para medir
Necesitaremos 10 cuadrados iguales de papel de seda. Dependiendo del tamaño que queramos el clavel los haremos más grandes o más pequeños. Nosotras hemos creado uno pequeño de 10cmx10cm y otro de 15cmx15cm.
No hace falta que sean completamente perfectos, así que los peques pueden ayudar mucho en esta etapa de la manualidad. Con cuidadito siempre.
Una vez que tenemos nuestros cuadrados de papel seda recortados, los apilamos e intentamos igualar su posición al máximo para doblarlos todos juntos como un abanico o acordeón, con unos pliegues de unos 2cm. Aquí los peques también pueden ser protagonistas.
Cuando lo tengamos terminado, lo doblamos por la mitad y debemos atarlo con hilo.
Y en ese mismo lugar dónde hemos atado el hilo, grapamos la pajita verde. En nuestro caso son pajitas cortas y rectas sin pliegue (que nos ha tenido que tirar la abuela por la terraza porque no compramos pajitas de plástico) pero si las tuyas encima tienen la parte superior que se dobla, aprovecha y rodea el clavel, quedará más sujeto.
Muy importante en este paso, recortar los bordes del abanico de forma redondeada. Es lo que le dará calidad y realismo a nuestro clavel.
¡ Y ya está! Nuestro clavel está preparado para florecer. Si, todavía queda un paso, el más importante. Hay que ir separando las capas de papel seda con paciencia y cuidado (aunque no pasa nada si se rompe un poquito), y en esto los peques seguro que podrán ayudar muchísimo.
Y el resultado es muy bonito y dan el pego de claveles de verdad. En esta fotografía puedes ver la diferencia de tamaño entre ambos.
Es una manualidad muy fácil, no se necesitan muchos materiales y se practica mucho la moticidad fina. Me gusta porque los peques pueden participar en todo el proceso y después de utilizarlas decorarán algún lugar de la casa. Lucy ya está planeando de qué color será el siguiente clavel.
Si os animáis a hacerla en casa, animaos a compartir vuestro clavel en redes sociales con el hastag #ClavelSanIsidro.