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Mapa de los sonidos de Tokio (Isabel Coixet, 2.009)

Publicado el 20 enero 2011 por Rugoleor @rugoleor

Mapa de los sonidos de Tokio (Isabel Coixet, 2.009)

Título original: Map of the Sounds of Tokyo

Director: Isabel Coixet

Guionista: Isabel Coixet

Intérpretes: Rinko Kikuchi

  Sergi López

  Min Tanaka

  Ideo Sakaki

  Manabu Oshio

  Takeo Nakahara

Productor: Jaume Roures

Fotografía: Jean-Claude Larrieu

Música:  

Montaje: Irene Blecua

Nacionalidad: España

Año: 2.009

Duración: 109 minutos

Edad: 13 años

Género: Drama

  Romántica

  Suspense

Distribuidora: Alta Classics S. L. Unipersonal

Estreno: 28-08-2.009

DVD Alquiler: 02-12-2.009

DVD Venta: 23-02-2.010

Página WEB: Ficha completa en IMDb

  Ficha completa en FilmAffinity

  Web Oficial de la película en España

  Web Oficial de la distribuidora en España

  Tráiler de la película en YouTube

Calificación:

Crítica: 5,246 Espectadores: 329.506

Público: 5,236 Recaudación: 2.010.741,54 €

España:   Puntos (Popularidad): 0

Rugoleor:   Ratio de popularidad: 0,00%

Sinopsis:

Ryu es una chica solitaria de aspecto frágil que contrasta con la doble vida que lleva: de noche trabaja en una lonja de pescado en Tokio y esporádicamente recibe encargos como asesina a sueldo. El señor Nagara es un poderoso empresario que llora la muerte de su hija Midori que se ha suicidado, y culpa del suicidio a David, un hombre de origen español que posee un negocio de vinos en Tokio. Ishida, un empleado del señor Nagara que amaba a Midori en silencio, contrata a Ryu para que asesine a David… Un ingeniero de sonido, obsesionado con los sonidos de la ciudad japonesa y fascinado por Ryu, es el mudo testigo de esta historia de amor que se adentra en las sombras del alma humana allá donde sólo el silencio es elocuente.

Isabel Coixet se fue a Japón para volver con una película que ha provocado una cierta división entre la crítica. En el film, un ingeniero obsesionado con grabar los sonidos de la ciudad nos hace testigos de la tórrida y fantasiosa relación que, contra todo pronóstico y sin pelos en la lengua, se entabla entre un catalán (Sergi López) experto en vinos que ha abierto un negocio en la ciudad y la introvertida pescadera / asesina a sueldo (Rinko Kikuchi), que ha recibido el encargo de matarle.

Crítica:

31.08.2009 – JOSU EGUREN

Una película hablada

Coixet cambia de escenario, pero manteniendo intactas las constantes de su cine, que aquí aspira a ser políglota cuando en realidad sólo maneja el bilingüismo. La minúscula ciudad de Tokio es el escenario donde se cruzan la sombra del Brando ‘bertolucciano’ y la hija putativa del samurai desubicado de Melville, para dar forma a una historia de corto recorrido engordada con cientos de planos estériles. El mapa visual de la barcelonesa es aparente, bebe de la influencia de un Kar-wai occidentalizado y devaluado por su estética de anuncio televisivo, pero guarda escasa relación con el contenido. Es curiosa su admiración por Kore-Eda (veáse la magistral “Still Walking”) cuando en el fondo se siente incómoda en el plano medio y fijo, lo que deja en evidencia la fragilidad argumental de una película que, pese a la parquedad de sus diálogos, es marcadamente verbomotriz.

Coixet recurre a un narrador omnisciente, en parte para justificar el título, al que deja en la cuneta cuando ha cumplido su misión de resolver la papeleta más difícil del filme: la presentación de una enigmática Rinko Kikuchi. El maridaje entre la japonesa y Sergi Lopez es imposible, pero Coixet fuerza el encuentro de la pareja merced a un guión tramposo e inverosímil que sirve como pretexto para que la directora se deshaga en un ejercicio de estilo muy poco sutil. No hay misterio en sus imágenes, la pista sonora, a priori relevante, se vuelve muda tan pronto como el narrador ha dejado de ilustrar verbalmente la película, y lo que es peor, los personajes rozan la superficialidad absoluta, quizá porque no es capaz de descubrir en ellos más de lo que el guión describe. La misión del espectador que no haya adivinado el final lógico al que parece abocada la película, tampoco es sencilla; en la medida en que descubrimos vetas argumentales que podrían haber avivado nuestro interés por el título, el guión las elude, para convertirse en la monografía abigarrada de una relación romántica imposible.


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