Maquiavelo nos explica cómo el uso de engaños en el arte de la guerra merece elogio. Aunque el engaño sea en todo lo demás reprensible, en la guerra es cosa laudable y digna de elogio, y lo mismo se alaba a quien, por medio de él, vence al enemigo, como a quien lo rechaza por fuerza.
Maquiavelo. El engaño en el Arte de la Guerra
Maquiavelo dice: bien se ve esto en las apreciaciones hechas por los que han escrito la vida de los grandes hombres, cuando elogian a Aníbal y a otros generales que fueron notabilísimos en el empleo de este recurso. Siendo tantos y tan frecuentes los ejemplos, no citaré ninguno, y sólo diré que no considero glorioso el engaño cuando consiste en romper la fe a los tratados, porque esto, aunque haya producido alguna vez la conquista de estados y reinos, jamás, como he dicho en otra ocasión, reportará gloria.Refiérome al engaño o ardid empleado contra el enemigo que se fía de ti y que constituye propiamente el arte de la guerra; como fue el empleado por Aníbal cuando fingió huir junto al lago de Trasimeno para encerrar al cónsul y al ejército romano, y cuando, para escapar de las manos de Fabio Máximo puso fuego en los cuernos de sus bueyes. Semejante a estos engaños fue el que empleó el general samnita Poncio para encerrar al ejército romano en los desfiladeros de las Horcas Caudinas. Ocultó su ejército detrás de ... CONTINUA EN: http://www.elartedelaestrategia.com/maquiavelo_el_engano_en_el_arte_de_la_guerra.html