¡Hola a todos!
¿Qué tal estáis? ¿Cómo se ha portado enero? Conmigo genial, no tengo queja... ¡pero que rápido pasa el tiempo! Sin darnos cuenta nos hemos comido el primer mes del año.
¡Y comienza febrero! ¡Es mi mes preferido! Será porque normalmente hace buen tiempo (y más en Córdoba, que vaya días primaverales estamos teniendo), se celebran los carnavales (que me gusta a mí una pinturita, jaja), es mi cumpleaños (27 años ya!!!) y además... ¡es el mes del amor! Y de esto justamente venía a hablaros. Os preguntaréis que qué tiene que ver el maquillaje con el amor... pues dejadme que os cuente, que si que tienen relación.
Hoy escribo uno de los post más especiales para mí, y es que, mi profesión me aporta muchas satisfacciones, entre ellas hacer que una mujer se vea radiante cuando se mire al espejo... pero la mayor de todas, es conseguir esto en uno de los días más importantes de su vida: el día de su boda.
Es por eso, que ya que empieza febrero, un mes muy especial, el mes del amor... quería hablaros de este momento tan importante y en el que tengo la suerte de participar: el maquillaje de la novia.
Primero quiero dar las gracias a Carmen Belén, por confiar en mí ese día, ponerse en mis manos y por cederme ahora algunas fotos y dejar que las comparta para poder escribir este post.
También dar la enhorabuena a Hello Bodas ( http://www.hellobodas.org/), artífices de estas fotos, porque saben captar a la perfección las emociones y el ambiente de ilusión (y un poco de nerviosismo) que se respira en ese día. ¡Excelente trabajo!
Ahora sí, os voy a contar un poco en qué consiste mi trabajo. Éste no es solamente llegar el día de la boda y maquillar a la novia, sino que hay mucho más en los días previos a ésta.
Normalmente, cuando la futura novia se pone en contacto conmigo, intentamos quedar para un café o si no es posible, pues por teléfono, para hablar un poco y que me cuente sus gustos a la hora de maquillarse, el estilo del vestido, los complementos que llevará, el peinado... y según esto, diseño algunos bocetos con looks distintos, siempre que se adapten a las formas de su rostro, para potenciar los puntos fuertes y así conseguir que se vea bien una vez maquillada, pero siempre natural y que no se sienta "rara", porque es un día para que esté cómoda con todo lo que llevas, y que no sienta que va "disfrazada". Creo que esta es la parte más importante y la más difícil a la vez: el conseguir que la futura novia se sienta cómoda con el maquillaje que he pensado para ella.
Unos días antes de la boda, quedamos en el estudio para hacer la prueba de maquillaje y probar cual es el que le sienta mejor y con cuál de ellos se siente más a gusto. Una vez que está todo decidido, nuestra próxima cita será el día de la boda.
En lo que se refiere al maquillaje en sí, siempre suelo aconsejar que apuesten por maquillajes naturales, potenciando un poquito más los ojos, pero que no sean maquillajes muy cargados, sino que primen los tonos neutros, porque hay que pensar que las fotos de ese día las vamos a conservar el resto de la vida, y si elegimos un maquillaje que esté de moda en ese momento, lo más probable es, que cuando pasen unos años, ya no se lleve, y nos veamos raras y digamos: ¡pero cómo podía llevar eso puesto! (esto ya nos suele pasar con la ropa, cuando vemos fotos antiguas con prendas pasadas de moda, jaja).
Por eso creo, que al igual que acudimos a personas especializadas para comprarnos el vestido, o para hacernos el peinado, deberíamos darle la misma importancia al maquillaje, porque, a fin de cuentas, un maquillaje lo puede estropear todo. Cualquier maquillador/a profesional te va a asesorar de los puntos a potenciar, de los tonos que más te favorezcan y vas a tener la tranquilidad de que ese día vas a lucir como nadie.
Además, con este trato tan personalizado, se crea como una especie de confianza, en la que tanto la futura novia como yo, nos podemos decir lo que pensamos, ella puede, con total tranquilidad, decir aquello que le gusta o no, y yo puedo asesorarla con lo que le favorezca mas y al final llegamos a un acuerdo, en el que tanto ella como yo estamos encantadas con el trabajo realizado.
Y gracias a esta confianza y relación que nace, yo me siento muy afortunada de poder formar parte y poner mi granito de arena a ese día, me emociona verlas ilusionadas y nerviosas a la vez, me emociona ver la cara de los familiares cuando ya las ven arregladas y me vuelvo a emocionar cuando me pasan las fotos de ese día y puedo ver el resultado de mi trabajo y lo contentas que quedaron todas.
¡Como veis es un trabajo muy gratificante!
Ya sabéis, acudid siempre a un profesional del maquillaje para este día tan especial y no os arrepentiréis, de verdad.
¡Espero que os haya gustado mucho el post!
Podéis escribir comentarios acerca del maquillaje el día de vuestra boda o cualquier duda que tengáis, que estaré encantada de contestar a todas.
¡Nos leemos la semana que viene!