Revista Cultura y Ocio
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TÁLAMO y LECHO
De pequeños, a mis hermanos y a mí nosgustaba acostarnos en la cama de nuestramadre. La distancia entre los pies y el cabeceronos parecía enorme. Teníamos la sensación deque el espacio que nos separaba de sus latidosera demasiado grande.Cuando ese lecho fue de muerte, nos dimoscuenta de que era demasiado pequeño pararodearlo con nuestro dolor.
Mar Braña Gancedo en el poemario inédito Servidumbre de paso.