¡Qué curioso es el cuerpo humano!, pues no es consciente de sí mismo hasta que falla o le pedimos más. En plena y esforzada dedicación a mi Marathon-15%, la voz de mis piernas se torna a cada momento del día en presencia habitual, como si preventivamente quisieran hacerme notar que entrenando no debo traspasar esa escondida línea que divide lo razonablemente exigible de lo peligrosamente antinatural…
140- Siempre hay que escuchar… en especial al cuerpo cuando nos quiere hablar.