De improviso y sobre la marcha ha surgido esta experiencia familiar de resultado francamente positivo. Empezamos con la primera entrega de la trilogía y del tirón fuimos enlazando hasta completarla como si de una serie se tratara, sacando unas curiosas conclusiones a la par que pasando un buen rato.
De lo más interesante, la presencia de dos generaciones distintas ante el mismo producto. La nuestra, la original que la vio en su momento allá por los años ochenta, sin saber que ocurriría en el futuro 2015 que nos muestran; y la de nuestros hijos, que la ven ahora sin conocer como vivíamos en los ochenta. Para nosotros, comprobar que todo lo que se suponía sobre coches voladores, ropas brillantes y adelantos tecnológicos está todavía muy en el aire. Eso sí, de Internet y todo lo que ha aportado no se sabía absolutamente nada, salvo algunas pantallas de televisión con muchos canales o como medio de comunicación alternativo al teléfono. Y para los niños, más que entretenidos intentando no liarse con los viajes adelante y atrás en el tiempo y con la tensión continua de que llegan las citas ineludibles para enlazar los viajes y siempre surgen inconvenientes que se interponen en su camino. Aparte, encantados con el mítico Delorean y el famoso condensador de fluzo, que tanto ha dado de que hablar en las décadas siguientes como objetos de culto.Y después de tanto Doc y Marty, ahora caigo de donde han sacado la inspiración para crear a Rick y Morty.Y por cierto, no me quito de la cabeza el almanaque de los resultados deportivos...