En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, en un tranquilo pueblo de Georgia, Will Parker responde a un anuncio en el que se solicita un marido. Will, que se ha pasado la vida dando tumbos sin que nadie lo haya querido nunca, suspira por un hogar y el cariño de una mujer.Elly Dinsmore, que tiene fama de estar chiflada, es una joven de veintiséis años, viuda y embarazada, que vive recluida con sus dos hijos. Cuando Will aparece, está encantada de tener a un hombre en casa, sin importarle las habladurías de los vecinos del pueblo. Poco a poco, Will y Elly se van tendiendo mutuamente la mano y descubriendo una pasión profunda, que ninguno de los dos había sentido jamás. Pero un brutal asesinato destroza sus vidas, y la tragedia amenaza la felicidad que ambos llevaban tanto tiempo esperando alcanzar.
Debe ser cierto aquel dicho que dice "cada novela tiene su momento". A pesar de ser una seguidora incondicional de Spencer hace años - exactamente cuatro - que tengo su última novela publicada en la estantería esperando ser leída. Creo haberla comenzado al menos cuatro veces, la última hace menos de un mes, pero siempre la abandonaba al poco de comenzar. Ayer volví a intentarlo y ya no la solté hasta terminar.
El pueblo de Whitney en Georgia será el escenario principal de la novela, allá por el año 1941.Will Parker ha estado toda su vida dando tumbos, desde su infancia ha ido saltando de casa en casa sin conseguir que nadie lo quisiera en su vida. Ahora, con treinta años, sigue mendigando un trabajo, robando comida cuando no puede aguantar más y esperando que algo haga que su triste existencia cambie. Pero es difícil cuando acabas de salir de la cárcel...Elly Dinsmore es viuda, madre de dos niños y embarazada. Sabe que necesita un hombre a su lado para sacar adelante la granja y ayudar con los niños. Se decide entonces a poner un anuncio en el periódico local buscando esposo. Esto no hace más que confirmar la fama de loca que tiene en Whitney un pueblo al que no se acerca desde hace años, vive recluida en su granja a las afueras. Para Will ese anuncio es la respuesta a sus plegarias. Para Elly una bendición. Los primeros momentos, como es normal, son tensos y repletos de desconfianza. Elly tiene miedo, no por ella, por sus hijos pequeños pero hace caso a su sexto sentido que le dice que Will es una buena persona, tímido y distante pero bueno para ellos. Por su parte Will sigue desconfiando de la amabilidad de Elly y no sabe como tratar a los niños. La historia es maravillosa de principio a fin. Will es, quizás, uno de los personajes masculinos más atormentados y llenos de dolor que he conocido. Tras una vida plagada de rechazo y falta de amor no sabe como corresponder al cariño de dos niños pequeños y de Elly. Para él el simple gesto de ponerle un plato de comida o de cocinarle un pastel es todo un mundo. Elly y los niños se convierten en su timón y por ellos se afana en poner la granja al día, por ir al pueblo a vender huevos o miel. Por instruirse en la biblioteca para saber sacar una granja adelante. Will está decidido a corresponder todo lo que esa familia le está dando. Pero no sólo hay dolor por su parte. Elly es una mujer amable y alegre, le encanta salir al sol y pasear con sus hijos en el campo. Las flores, el aire libre, los animales...son su adoración. Sin embargo ha vivido recluida en la granja durante años. Se niega a ir al pueblo, un pueblo que la tacha de loca y enferma mental, un pueblo que le ha dado la espalda desde pequeña y del que no ha recibido más que insultos y burlas. Para Will es fundamental saber qué ocurrió en el pasado de Elly e intentar mostrarle un mundo, tanto a ella como a los niños, alejados de la granja. Como sabéis Spencer se podría incluir entre esas autoras "blancas" en las que el sexo no aparece, o muy poco, en sus historias. La relación entre Will y Elly va muy muy poco a poco. Tanto que hasta prácticamente los últimos capítulos no veremos un acercamiento entre ellos. Pero eso no impide para nada disfrutar de la historia, observar la evolución de los personajes y como va naciendo entre ellos poco a poco el amor. La amistad, el compañerismo, la lealtad y sobre todo el compromiso en un proyecto común son los pilares de su relación en un primer momento. Por si ya no tuvieran suficiente con sus propias vidas la Segunda Guerra Mundial estallará y Will será llamado a filas tirando por tierra una vida feliz y sólida que creían haber construido. Por si eso fuera poco en Whitney se producirá un espantoso asesinato y Will será el foco de todas las miradas. La historia es sumamente tierna. Los dos niños pequeños le dan ese toque travieso y emotivo, sobre todo en su relación con Will. Y él...Will es una maravilla en todos los sentidos. Es imposible que no se te encoja el corazón al ser consciente de cómo una simple caricia, un roce, o un beso de buenas noches de los niños o de Elly lo emociona al punto de las lágrimas. Por primera vez se siente querido, amado y necesitado. No puedo acabar sin nombrar a la bibliotecaria, la señora Gladys Beasley. Una mujer que se convierte en la protectora y amiga más fiel no sólo de Will, sino de toda su familia.
Como ya imaginaréis Maravilla me ha enamorado. Es una novela con unos personajes tan cercanos y con inseguridades tan reales que roban el corazón desde el primer momento. No esperéis encontraros con una historia apasionada y fogosa porque no lo es. Maravilla es una novela lenta y tierna en la que iremos viendo la conversión de dos personas, dos personas heridas y solas que encuentran en la otra su alma gemela, su esperanza y su felicidad.Para todas las amantes de la novela romántica que aún no hayan leído esta novela os diré que a partir de ahora la recomendaré como un imprescindible del género. Y por si teméis que esté descatalogada, el año pasado fue publicada en bolsillo - tapa dura - por Ediciones B. !Ah! Una última cosa, la novela tiene película, Morning Glory