Pero qué maravilla (nunca mejor dicho) de libro. Al leer la sinopsis me esperaba vete-tú-a-saber-qué, por ejemplo un exconvincto intenso y ardiente que despertara todos los instintos sexuales de la desesperada viuda que no podía tirar adelante con su casa y tenía que hacer algo drástico si quería conservar su hogar y cuidar de sus hijos. Como casarse con cualquiera, por ejemplo.
Pero nada, ni de lejos.
Bueno, la parte de la viuda es cierta. Eleanor tiene dos hijos muy pequeños, y está embarazada de un tercero. No tiene familia ni amigos, de hecho todos la tienen por loca. Su casa está hecha un desastre y su marido ha muerto hace poco. No tiene fuentes de ingresos. Está totalmente sola. ¿Qué hace? Buscar a alguien que le ayude. Como sea.La gran sorpresa del libro llega con Will, nuestro exconvicto. No hay criatura más dulce, más tímida y tierna. El modo en que aguanta lo que le echen es totalmente admirable.Esta historia no va de una atracción fatal que no pueden detener, sino que es el colmo de realismo, de una manera perfecta. Dos personas que se necesitan pero no se conocen, y por tanto van acercándose. Ella necesita a alguien que le ayude en la casa, y él una casa en la que ayudar. Aparte de eso, el amor va llegando poco a poco, con la convivencia, y no con el estallido sexual de la mayor parte de novelas románticas.Es un libro absolutamente perfecto, dulcísimo. Me tuvo enganchada durante horas y no pude parar hasta que no lo terminé. Puede que el final intente rizar el rizo un pelín demasiado, pero pocas veces me he alegrado tanto de hacer una compra impulsiva como esta.5. ¡Léelo!