¿Piensas que es acertado confiar en tus decisiones intuitivas? ¿Crees que las personas tenemos un sexto sentido que nos ayuda a tomar buenas decisiones?
¿Cuál es la respuesta que darías de forma intuitiva al caso que te planteo a continuación?
"Un individuo fue descrito por un vecino suyo de la siguiente manera: "Steve es un estadounidense muy tímido y retraído, siempre servicial, pero poco interesado por la gente o por el mundo real. De carácter disciplinado y metódico, necesita ordenarlo y organizarlo todo, y tiene obsesión por el detalle".¿Es probable que Steve sea un bibliotecario o un agricultor?
Probablemente, al igual que a la mayoría de las personas que participaron en los experimentos de Kahneman y Tversky, haya venido a tu mente la semejanza de la personalidad de Steve con la de un bibliotecario estereotipado y, también probablemente, hayas pasado por alto que en Estados Unidos hay más de 20 agricultores por cada bibliotecario y que, por lo tanto, es más probable encontrar agricultores "disciplinados y metódicos" que bibliotecarios.
Kahneman y Tversky observaron que los participantes de sus estudios, aunque tuvieran conocimientos de estadística, ignoraban los datos estadísticos relevantes y confiaban exclusivamente en la semejanza. Demostraron, con múltiples estudios, que los juicios que nos formamos, y las decisiones que tomamos de forma intuitiva en múltiples situaciones, son erróneos, porque no suelen tener en cuenta la información estadística.
Aunque no todos los juicios intuitivos son erróneos y somos capaces de tomar buenas decisiones de forma intuitiva. Hoy en día, sabemos que nuestras mentes son susceptibles de incurrir en errores sistemáticos y que, en particular, son acertadas las intuiciones relativas a asuntos sobre los que tenemos un conocimiento experto.
Todos nosotros realizamos proezas de experto intuitivo, pero junto con eso también cometemos múltiples errores guiados por nuestra intuición.
La mayor parte de nuestras impresiones y pensamientos se "cocinan" de forma silenciosa en nuestras mentes y surgen en nuestra experiencia consciente sin que sepamos muy bien de qué modo. Damos por válidas, sin prestarles demasiada atención, muchas cosas. Y nos resulta mucho más fácil encontrar y etiquetar los errores de otros que reconocer los propios.
Pero, aunque sea difícil de reconocer cuándo estamos cometiendo errores con nuestras decisiones intuitivas, saber que los cometemos a todas horas es un buen comienzo para tratar de evitarlos.