La verdad es que no se muy bien por donde empezar así que como a veces una imagen vale más que mil palabras, os voy a dejar unas cuantas que bajo mi punto de vista, describen bastante bien estas vacaciones.
La cantidad de fotos realizadas ha sido enorme, así como la cantidad de momentos entrañables que hemos vivido, pero creo que las seleccionadas son las que mejor reflejan lo felices que hemos sido.
Han sido unos días mágicos, en el lugar mas hermoso del mundo y en la mejor compañía. Unos días para desconectar de lo vanal , conectar con lo que realmente somos y disfrutar de los lazos que nos unen en una tierra que sentimos nuestra y que, espero que algún día no muy lejano, la vida nos dé la oportunidad de poder disfrutar a tiempo completo.
David ha disfrutado como nunca del mar, del sol, de la montaña, de la luz, de la libertad. Nuestro pequeño sabe apreciar las cosas buenas de la vida y ha aprovechado cada momento.
Y como siempre ocurre con los fotógrafos, permanecen ocultos tras la cámara. Así que aprovecho para recordar que, aunque no se le vea, papá fotógrafo ha sido parte fundamental de estas vacaciones, regalándonos, entre otras cosas, estas maravillosas fotos, cuyo particular encanto reside en estar tomadas por alguien enamorado de la isla y de su familia.
Terminada nuestra estancia en el paraíso volvemos a nuestra vida que, aún transcurriendo lejos de nuestra isla, es muy feliz.
Y guardaremos en nuestros corazones el recuerdo de estos maravillosos días de verano.
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