Revista Cultura y Ocio

Marc Bernabé: “Mi relación con Japón es una cuestión vocacional”

Publicado el 26 junio 2014 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

marc-bernabc3a9Marc Bernabé es traductor e intérprete del japonés, además de un gran divulgador de la cultura y lengua japonesas. Marc se dedica sobre todo a la traducción de manga y anime, contando con su propia empresa de traducción y servicios lingüísticos, DarumaSu afán en divulgar la lengua japonesa se ha traducido en la publicación de “Japonés en Viñetas” y  “Kanji en viñetas” de Norma Editorial

Por: Marta Juan

A través del lenguaje podemos vislumbrar la cultura de un país. ¿Qué rasgos de la cultura japonesa podemos ver a través de su lenguaje?
Innumerables, pero puedo destacar estos por ejemplo:
1) La reticencia a formular frases tajantes, siempre se andarán por las ramas para suavizar cualquier tipo de frase. Es famosa la reticencia japonesa a decir “no” tajantemente, en vez de eso intentarán decir cosas como “es muy complicado”, “parece imposible”, etc.
2) Jerarquía social marcada, que en el idioma se expresa con vocabulario diferente según el hablante sea superior o inferior jerárquicamente, así como con los prefijos honoríficos para nombres propios.
3) Educación al hablar, con poca variedad de insultos y expresiones malsonantes (aunque siempre aparecerá el típico personaje macarra muy mal hablado).

¿Qué le enamoró de esa cultura y de su lengua para que le dedicara toda su vida?
No lo sé exactamente, en realidad desde muy pequeño me había atraído mucho Japón y cuando descubrí su idioma, especialmente su escritura, la atracción se hizo ya irresistible. Yo creo que mi relación con Japón es una cuestión vocacional y que afortunadamente pude descubrir esta vocación a tiempo para poder dedicarme profesional y personalmente a ella.

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Ha querido transmitir sus conocimientos con “Japonés en viñetas”, revolucionando la didáctica del aprendizaje de esta lengua, enseñando el idioma a través del manga. ¿Cómo surgió este proyecto?
Surgió como una sección mensual en una revista de manga y anime llamada Dokan, en diciembre de 1998. Al ser una revista, de manga, y para público adolescente, pensé que debía 1) no asumir que el alumno tiene acceso a profesor, por lo que las explicaciones debían ser autosuficientes para permitir el estudio autodidacto; 2) utilizar el manga de algún modo en el proceso didáctico (ahí surgió la idea de los manga-ejemplos y el título “en viñetas”) y; 3) realizar explicaciones sencillas, desenfadadas y claras, con muchos cuadros de resumen.

Tres años más tarde, cuando tuve suficiente material como para hacer con él un libro, llevé el proyecto a Norma Editorial, que se animó a convertirlo en libro y comercializarlo, ¡con un éxito totalmente inesperado!

Recientemente se ha publicado una nueva edición de “Japonés en viñetas”, publicado por Norma Editorial ¿Tiene pensado realizar presentaciones de esta nueva edición próximamente?Aún no puedo concretar nada, pero sí, me gustaría realizar presentaciones. Al no ser estrictamente una novedad, no va a ser un tour de presentaciones ni mucho menos, pero si puedo asistir a eventos en los que pueda presentar el libro, lo haré, y también veremos si en alguna localidad se pueden hacer presentaciones específicas también. Sin ninguna prisa, como digo, siempre supeditado a las fechas y a la disponibilidad.

¿Qué diferencias existen con respecto a las ediciones anteriores?
En contenido, ninguna salvo alguna coma o pequeña corrección que haya podido introducir en el proceso de revisar y montar de nuevo la maqueta (la maqueta está totalmente retocada, aunque son retoques más bien “de entrañas”; por fuera no se va a notar prácticamente).

Es una “fusión” del primer libro de texto con el primer cuaderno de ejercicios, lo que ha dado lugar a un volumen integral con todo el material, organizado, eso sí, de la forma óptima para que el proceso de estudio sea el mejor posible.

¿Tiene pensado realizar más volúmenes de “Japonés en viñetas”?
Sí, existen un segundo libro y un segundo cuaderno de ejercicios que, si todo va bien, van a ser fusionados también en un solo volumen integral en cuanto se agote el stock actual.

Además, existen los tres libros de Kanji en viñetas, pensados para optimizar el estudio de los 1006 caracteres más básicos del idioma japonés.

Otro de sus proyectos, ahora en stand by, es “Masters of Manga”, a través del cual ha tenido la oportunidad de entrevistar a grandes autores del mundo manga como Leiji Matsumoto, Kazuo Koike, o Hideko Mizuno. De todas las entrevistas que ha realizado hasta ahora, ¿con cuál de ellas se queda? ¿Le ha sorprendido alguno de los autores?
Todas ellas son especiales, pero por cuestión personal de gustos me quedaría con la de Naoki Urasawa, un autor al que admiro muchísimo. Fue muy especial poder charlar con él y visitar su casa y su estudio, impresionante. También Leiji Matsumoto causó grandísima impresión.

Gracias a ese proyecto, tuvo la oportunidad de conocer al ya fallecido Yoshito Usui, el creador de Shin Chan, quien incluso le dio un papel en un capítulo de la serie. ¿Qué sensación tuvo al verse como un personaje de cómic?
Bueno, a Usui ya le conocía de antes, desde el año 2001. Trabamos una buena amistad y un día me dijo que me sacaría en el manga de Shin Chan como personaje. Yo no le hice mucho caso, la verdad, así que fue una gran sorpresa ver que realmente lo hizo y que, unos años más tarde, ese capítulo del manga se adaptó también al anime. ¡Es para mí un honor mayúsculo ser un personaje de manga y anime!

Marc Bernabé junto a la familia de Shin Chan Fuente: http://www.mangaland.es/

Marc Bernabé junto a la familia de Shin Chan
Fuente: http://www.mangaland.es/

Su vida gira en torno al japonés como traductor e intérprete. ¿Cómo es el proceso de traducción de un manga?
Bueno, en realidad es muy sencillo: la editorial te encarga traducir el título X, te manda los tomos y te marca una fecha de entrega. Entonces, como traductor tienes que simplemente traducir los textos de esos tomos dentro de la fecha prevista y enviarlo todo a la editorial. Debemos marcar los tomos con rotulador, numerar los bocadillos, porque el que va a procesar esos textos no entiende el japonés, por lo que mandaremos tanto el tomo marcado como la traducción en formato Word a la editorial.

Fuera de lo que sería estrictamente la traducción, el proceso sería: observación del mercado para detectar títulos interesantes. Negociación con los propietarios del copyright. Firma del contrato. Traducción. Rotulación. Control de calidad previo a la impresión. Impresión. Distribución. Venta. El traductor solo participa en un estadio del proceso. La coordinación general de todo el proceso la realiza el editor, que sería un poco como el director.

¿Cuál es el proyecto más difícil al que se ha enfrentado como traductor?
Suelen ser obras con una dificultad especial idiomática concreta, como por ejemplo obras ambientadas en el Japón antiguo, donde se usa un japonés arcaico y tienes que tener un conocimiento extensivo sobre historia japonesa, ya que a menudo se dan por sabidas muchas cosas, o incluso el autor da muchos datos específicos en forma de notas.

Aunque las de ciencia-ficción dura, con sus puntualizaciones técnicas y científicas, suelen ser muy complicadas también.
Ejemplos de lo primero podrían ser Ikkyû o Hanzô el camino del asesino, y de lo segundo Ghost in the Shell o Gunnm.
En general, cualquier manga de corte especializado representa un reto. Sin ir más lejos, también hay mangas de médicos, por ejemplo, que no son nada sencillos, o ambientados en el mundo de la moda o en un deporte concreto que puede ser conocido –como el fútbol, el baloncesto, o el tenis, en cuyo caso no son tan complicados– o no tanto –como el béisbol, deporte rey en Japón pero prácticamente desconocido en España, con lo que el traductor debe documentarse mucho si no lo conoce.

El manga es el género que más se publica en el mercado editorial japonés. ¿Cuál cree que es la razón para que este género haya triunfado tanto en ese país?
El manga no es un género, es una forma de expresión tan válida como puede ser la literatura o el cine. En todo caso, sí es cierto que un 37% de todo lo que se publica en Japón es cómic (manga), y esto es debido sobre todo a particularidades históricas de Japón que han provocado que en ese país leer cómic sea tan normal como leer una novela o ver una película. Hay mangas para todos los públicos y de todas las temáticas. Sería muy largo explicar los motivos de por qué esto es así: uno de ellos es que los japoneses nunca han dejado de leer manga a cualquier edad porque siempre ha habido autores que han ido creando obras para cada tipo de público, a lo largo de los casi 70 años de historia del manga moderno.

¿Hay muchas diferencias en el proceso editorial entre España y Japón?
Enormes. Una de ellas es que en Japón los cómics se publican de forma serializada, a ritmo semanal, quincenal o mensual, por capítulos en revistas que recopilan varias series (más tarde esos capítulos se editan en forma de tomo de una serie unitaria). Otra es que en Japón la figura del editor es básica: es el responsable de que el autor entregue a tiempo, de darle ideas y apoyo y estar siempre pendiente de él, mientras que en España en general el editor interviene muy poco.

 Además de los trabajos de traducción o interpretación que realiza con su empresa Daruma Serveis Lingüístics. ¿Tiene en mente algún proyecto personal a corto plazo?
En realidad sí. Por un lado está la “remasterización” de Japonés en viñetas 2 (el volumen integral que comentaba en la pregunta anterior), y por el otro, otro proyecto más desenfadado y gamberro en combinación con un famoso bloguero y dos dibujantes de prestigio del que aún no me atrevo a decir nada en concreto –por si se acabara torciendo o desestimando, ya que aún está en proceso embrionario–, pero que espero poder anunciar en cuestión de pocos meses si todo va bien.

Por otro lado, en combinación con mi ex compañero de facultad Xavier Altayó –él se especializó en chino–, estamos trabajando en un método de chino inspirado en Japonés en viñetas que se titulará, cómo no, Chino en viñetas. Es un proyecto a largo plazo y en realidad el 90% del trabajo lo va a realizar Xavier, pero yo lo considero también un proyecto personal, así que aquí lo incluyo como tal.

También dentro de muy poco se va a anunciar y lanzar un viaje, conmigo como guía, en colaboración con Nihon Travel. Si todo va bien, va a ser un viaje a realizar en noviembre y, obviamente, con cuestiones relacionadas con el manga y el anime como eje alrededor del cual se va a realizar el viaje (sin olvidarnos, claro está, de visitas imprescindibles en cualquier viaje a Japón).

En este 2013-2014 es el año dual España-Japón, y se están realizando muchas actividades en diferentes ciudades de España. ¿Tiene alguna cita en su agenda relacionada con este evento o con cualquier otro?
Pues en realidad no. Han surgido algunas cosas en los últimos meses, pero de aquí a final de año no tengo nada especial al respecto ni ninguna propuesta que no sea participar en algún Salón del manga o del cómic de la geografía española. De momento y de aquí a final de año, aunque no se ha concretado nada en firme puesto que aún faltan meses, ha habido contactos para que realice conferencias en eventos en Madrid, Plasencia y Oviedo, aparte de mi participación anual en el Salón del Manga de Barcelona en calidad de intérprete de algún invitado japonés.

En la actualidad se ha convertido en un gran referente en el mundo del manga en España y en Japón, incluso ha sido definido como “una de las figuras más importantes de la cultura japonesa en España”. ¿Cómo ha sido el camino hasta llegar donde está?
Bueno, yo no soy consciente de haber hecho nada especial. Hago lo que me gusta y tengo la enorme suerte de disfrutar en mi trabajo, o de trabajar en lo que me gusta, como lo quieras definir. Supongo que mi pasión y gran afición por Japón en general y por su cultura pop en particular me han empujado a hacer todo tipo de cosas, aparte de tener una faceta importante de divulgador: me gusta comunicar lo que sé a los demás.

Así, a lo largo de los años, y muchos artículos en revistas, blogs, periódicos, conferencias, entrevistas, charlas, conversaciones por mail, Facebook o Twitter, etcétera, se me ha ido considerando un “referente” o “experto”. En realidad, como digo, lo que me gusta es divulgar y compartir mi pasión, así que nada de esto ha sido buscado.

¿Qué consejos le daría a aquellos jóvenes españoles que desean convertirse en traductores de japonés?
Les daría dos: el primero que no se rindan, el idioma japonés no es fácil y es muy sencillo arrojar la toalla, verlo tan crudo que llegas a pensar “uf, yo esto no lo conseguiré jamás”. Es una fase, que se puede llegar incluso a repetir una o más veces, pero llega el punto en el que haces un “clic” en tu cabeza y finalmente superas ese punto delicado y sigues adelante. No te rindas, si te gusta y te motiva el japonés, sigue adelante. Si pierdes la motivación intenta recuperarla.

La segunda es que para ser traductor hay que ser consciente de que es muy importante tener un gran nivel de comprensión del idioma y la cultura de Japón, obvio, pero que también hay que tener una expresión, gramática, ortografía y puntuación impecables en tu idioma. Puedes saber mucho japonés, que si no te expresas bien en español nunca vas a poder ser un buen traductor. Lee y escribe mucho en castellano o el idioma al que quieras traducir, es la única forma.

Por último nos gustaría conocer sus gustos como lector. Por placer y por trabajo ha tenido que leer muchísimos mangas. ¿Cuál es su manga y autor favorito?
Buf, en realidad no me gusta nada definir un solo manga o autor, porque hay tantas que me gustan tanto… Eso sí, por razones sentimentales siempre me ha gustado mucho Dr. Slump. Y el manga que más me ha marcado, y que ha definido prácticamente mi carrera puesto que fue el que finalmente me descubrió que estudiar japonés podía ser una opción real, es Dragon Ball. Ambos mangas son de Akira Toriyama.


Marc Bernabé: “Mi relación con Japón es una cuestión vocacional”

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