Me entero por Burbuja.info, de que Marc Vidal ha sido pillado plagiando casi palabra por palabra un artículo de Bloomberg. Tenéis toda la información sobre ello en este post de Burbuja Inmobiliaria. A mi me gustaría añadir, que la “precisión” que él mismo hace hoy en su propio blog sobre el asunto, es una manera a la Ana Rosa Quintana de escurrir el bulto exponiendo falsedades. Sobre todo, porque puedo dar fe de que el artículo original era una copia descarada del de Bloomberg, aunque Marc Vidal se ha apresurado a dar el cambiazo en su blog por otra versión en la que el plagio es algo menos evidente (aunque aún así queda claro que ha hecho uso del cortar y pegar de manera descarada).
Sinceramente, después de este episodio, yo empiezo a pensar que Marc Vidal tiene más cara que espalda, como ya sospechaba, e incluso tengo mis dudas de si hace algún tiempo yo también pude ser víctima de una de las tretas de este personaje al estilo de la de hoy. En concreto, no sería de extrañar que en el asunto que traté en esta entrada Marc hiciera uso de la misma “estrategia” que con este plagio descarado; es decir, que corriera a modificar su blog, volviendo a publicar mi comentario al darse cuenta de que lo había pillado en un renuncio.
Desde luego se ve que tiene bastante habilidad en eso de gestionar la “reputación personal en la red”, que parece ser que es a lo que se dedica su misteriosa empresa. Aunque a mi me da que la actividad principal de este hombre es la de vender humo, echando toda la cara de la que es capaz en el intento. Pero esa ya es otra historia.
A los que quieran seguir el “affaire” les recomiendo estén atentos al link que he facilitado de Burbuja.info. Tal vez alguien tenga alguna captura de pantalla del artículo original (publicado también en Cotizalia) o la caché de Google pueda recuperarlo. Más que nada porque yo hoy no tengo muchas ganas de perder tiempo investigando a este señor, que me va quedando bastante claro de que palo va. Me parece que lo podemos ir metiendo en el mismo saco de Enrique Dans, Ricardo Galli y compañía.