El año 2013 ha sido nefasto para la mayoría de los españoles. Si entendemos como Marca España la imagen que ofrece el país al exterior, durante este periodo, por desgracia, nuestras señas de identidad han sido temas como la pobreza, la corrupción y la represión.
Corrupción
El caso Bárcenas ha destapado la trama de corrupción en la que ha estado inmerso el Partido Popular durante los últimos años. Todo parece indicar que la financiación irregular y el reparto de dinero negro han funcionado de manera sistemática en Génova 13 y en algunas sedes provinciales del PP, a pesar de que quieran vendernos que todo ha sido obra de una manzana podrida que actuaba en solitario.
Los SMS entre Rajoy y Bárcenas, en los que el presidente mostraba su apoyo al ex tesorero una vez que se sabía que éste tenía dinero en Suiza, son un ejemplo de la complicidad del PP con la corrupción. Que este escándalo no haya provocado la caída del Gobierno demuestra la falta de calidad de nuestra democracia.
Además del famoso “Luis, sé fuerte” de Rajoy, se podrían hablar de muchos más casos en los que la justicia se ha puesto, de forma más que sospechosa, del lado de los presuntos corruptos (infanta Cristina, Blesa, el ático de Ignacio González…).
Represión
El Gobierno ha optado por la violencia para asustar a la ciudadanía e imponer sus políticas. Esta actitud abarca desde la modificación de la legislación para impedir el ejercicio del derecho a manifestación mediante multas desorbitadas, hasta la represión policial contra los que protesten en la calle.
El último ejemplo lo vivimos en las concentraciones contra la ley del aborto, donde los policías agredieron a las mujeres que se reunieron para manifestar su rechazo a la misma.
Pobreza
España tiene a un 20,7% de la población por debajo del umbral de la pobreza y es el país de la Unión Europea con mayor índice de desigualdad. Mientras el número de millonarios crece, sube el precio de servicios esenciales como la luz, el transporte público o los medicamentos.
Una muestra de la situación actual del país es el éxito del documental No Job Land, que refleja la situación de precariedad en la que viven muchas familias españolas.
Futuro
Dada la insensibilidad que muestra el Gobierno ante los problemas y el sufrimiento que sus políticas causan en la gente, parece difícil mirar con optimismo al 2014. El devenir de España dependerá mucho de la presión social que la ciudadanía muestre en la calle, así como del resultado de las elecciones europeas, algo ciertamente imprevisible en estos momentos. Como diría Josep Fontana, el futuro es un país extraño.