Es lo que tiene las
tiranías de las audiencias, si un contertulio, no crea polémica, no mueve las
vísceras del público, sus emociones, en dos días está en la calle. El programa
comentado es un extremo, pero esta forma de actuar se ha extendido a todas las
televisiones, a los partidos políticos incluso a las empresas, es lo que tiene el marketing emocional que siempre nos lleva a la polarización, a
los extremos.
Busquemos
o creemos un enemigo, a ser posible cuanto más grande mejor y malo malísimo,
así nosotros seremos buenos bonísimos, asociando así nuestra marca con una
forma especial de ver la vida, con unos valores, con un sentimiento de "únicos"
de "elegidos" y leña al mono que es de goma. ¿Alguien ha dicho?: Apple, Artur Mas, los partidos políticos, Risto
Mejide, el fútbol, Torrebruno (Tigres y
Leones)... ¿Dónde está?: "Busque, compare y si encuentra algo mejor,
cómprelo", paradigma del consumo racional. No digo que esté bien o mal, esto dependerá de los objetivos que persigamos
con nuestra campaña, solamente denuncio que
el pensamiento dicotómico al que nos lleva, no corresponde con la realidad,
entre el blanco y el negro hay un montón de grises.
En los extremos está el conflicto, en los grises el acuerdo y el compromiso.
Pero si yo soy administrativo ¿De qué me sirve todo esto del marketing emocional? Lo primero de todo es buscar o crear al enemigo: Nos hacemos defensores acérrimos de la máquina de escribir y organizamos una quema de ordenadores o la otra opción, es tomar como enemigo a todos aquellos que NO sienten pasión por su trabajo, todos los administrativos que están muertos de asco en su puesto de trabajo.
Nosotros no somos así y tenemos que demostrarlo ¿Cómo? Hablando con pasión de nuestro oficio, del orgullo de ser administrativo, tenemos que mover las emociones de quien nos escucha. Esta semana, escuchaba a dos albañiles contar con ojos brillantes y risas, cómo se les había ocurrido aprovechar las cañas de un viejo tejado, como aislante para el nuevo. Esto no deja indiferente a quien lo escucha, pero hay que contarlo en los lugares adecuados.
El marketing emocional no crea clientes, busca la creación de fans, personas que te defienden en cuerpo y alma, así que mucho cuidado en defraudarlos, con no ser coherente entre tus valores y tus prácticas. En presumir de ecologista y que tu fábrica ensucie las aguas del rio. En presumir de honrado y que te cojan con la mano en el cajón del dinero. Tendrás a un enemigo de por vida.
Pero la marca personal es polifacética y algunos seleccionadores, gilipollas, te pueden elegir: por ser del Madrid, del P.L.B. (Partido de Liberación de los Bonsáis), porque no vas a parir, por ser rubio, por tener almorranas o por ser yerno del rey. Si te retratas en alguna de estas facetas, recuerda: tienes que mover las emociones de quien te escucha, así que: ¡Bonsáis libres, o muerte!
Una semana más muchas gracias por leerme, un saludo y suerte. Si os ha gustado compartidlo.
El enigma de la foto.
Este es un juego que os propongo cada semana, cada artículo tiene una foto y os pido una interpretación, (a responder durante la semana) la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es incorrecto, yo a la semana siguiente os cuento por qué razón la he puesto en el artículo, esta es la foto de la semana anterior: ¿Necesito estar On-line, profesionalmente?
Interpretación:
Es una vista maravillosa desde el monte Garbí, a pocos kilómetros de Valencia. En la imagen podemos ver la montaña que tiene partes que están expuestas al clima, las rocas pese a su dureza son desgastadas por el viento, la lluvia y el hielo, son deformadas y maleadas igual que nuestra imagen, nuestra marca es interpretada y distorsionada por cada persona que la percibe tanto en la red como fuera de ella.
¿Qué os sugiere la de esta semana? Una doble escalinata para ascender al púlpito.
