Camy
Camy nació en los años 60, siendo su nombre originario Helados Camay. La multinacional Nestlé la adquirió muy pronto, en 1965 cambiando la marca por Camy. Desde luego Nestlé tenía puesta la mirada en la España del turismo y esta rápida adquisición le permitió controlar desde muy pronto el sector del helado.
Camy desde un principio se convirtió en la marca estrella de los helados Nestlé que, como veremos a continuación, compró también otras marcas míticas de helados españolas como Miko y Avidesa. Así, si bien en un principio nos encontrábamos helados que no incorporaban el nombre o la marca Nestlé, como los Colajet, Cornetos, Crocanti o Cortes, ya en los 90 y principios de 2000 los helados Camy comenzaron a llevar nombres de productos muy famosos de Nestlé como los helados de Nesquik, Crunch, los helados Nestlé propiamente dichos y otros muchos.
En el año 1997 Nestlé, dueña también de Avidesa, decide eliminar esta marca y fusionarla con Camy, quedando únicamente en el mercado el nombre comercial de Camy e integrándose muchos de sus helados en el catálogo de esta última. Unos años más tarde, en 2004, Nestlé vuelve a fusionar Camy con su otra marca de helados, Miko, pasándose a llamar la marca resultante Helados Nestlé, que se mantiene hasta hoy.
Avidesa
La historia de Avidesa es compleja, no en vano fue uno de las mayores grupos de alimentación del país. Nació en 1956 bajo el nombre de Avícolas y Derivados S.A., por Luis Suñer, y en sus inicios estuvo dedicada a la producción avícola y cartonajes.
A mediados de los años 60 deciden iniciar una línea de negocio de helados y dulces que, como se conoce, fue un rotundo éxito. De aquella época los helados más famosos fueron los cortes y sus helados de hielo o polos.
Ya en los años 80 los helados Avidesa se consolidaron en el sector y alcanzaron una gran fama y popularidad gracias a sus patrocinios deportivos. Así, se convirtió en la marca oficial de helado de la selección española en el mundial de España de 1982 y patrocinó también al equipo de balonmano de Alcira. En los años 80 se lanzaron varios helados al mercado, siendo inconfundibles los famosos sandwich, los Apolos y las tartas heladas, por no olvidar el Semaforito y el Trafikito.
Desgraciadamente los problemas comenzaron también en los años 80, primero por el secuestro de Luis Suñer por parte de ETA en 1981 que, si bien fue liberado, su estado de salud se deterioró enormemente y, se dice (esto es un rumor), que el rescate pagado por su liberación llevó a la familia a la ruina, lo que provocó la posterior venta de la empresa. Asimismo, en 1982 sufrieron las inundaciones de Tous, destruyendo parte de sus industrias. Todo ello provocó que el por aquel entonces Banco Bilbao Vizcaya adquiriera en 1991 la práctica totalidad de la compañía, la cual vendió en 1993 a Nestlé. Como hemos apuntado anteriormente, Nestlé mantuvo dos años la marca, pero en 1995 la fusionó con Camy, perdiendo el nombre de Avidesa.