Si uno repasa las hemerotecas locales fácilmente se encuentra con un viejo titular del 27 de septiembre de 1976 en el que se recordaba la “accidentada visita de Don Marcelino Camacho a Albacete”. En la crónica –creo que del diario informaciones- podía leerse como tras haber sido invitado a dar una conferencia en el antiguo teatro de sindicatos, el acto fue censurado y suspendido, y pese a ello, Marcelino vino a Albacete. Una vez aquí, en la ya conocida Librería Popular (esa que recibió un atentado bomba que ya poca gente recuerda) y de una manera casi clandestina, pudo finalmente reconvertir su discurso ante el numeroso público que -sin miedo alguno- allí acudió. Esa dicen que fue la primera vez que Don Marcelino vino a esta ciudad, y desde luego, no la única.
Mañana día 23 de marzo, gracias al tesón y convicción de la buena gente del PCE y laUJCE, podremos asistir a un emotivo acto de homenaje a este “sindicalista ejemplar” que contará con la presencia de la no menos inquebrantable Josefina Samper, su sempiterna compañera y de su hija Yenia. Será a las 7 de la tarde en el Ateneo Albacetense.
Por petición de algunos “camaradas”, entrecomillado intencionalmente destacado con todo el honor posible aunque uno no sea comunista, no he querido dejar pasar esta ocasión que nos brinda un testimonio tan conmovedor como significativo, máxime cuando tendrá lugar a tan solo 6 días vista de una Huelga General, la del 29-M, que sin duda alguna Marcelino habría convocado desde hace tiempo y a la que no hubiera tenido que dar mas ejemplo que el de su vida, siempre comprometida por los derechos de la clase trabajadora, hoy tan vilmente recortados y vilipendiados.
Si no fuera por el militante y marcado ateismo de las organizaciones convocantes, me atrevería a decir que Marcelino Camacho Abad sigue resucitando hoy. No en vano, aunque de una manera mas “laica, los convocantes declaran sin rubor que “Marcelino VIVE” tal y como podemos leer en su propio cartel, bellamente realizado “ad hoc” por un artista local. Y es que no me puedo quitar de encima esos versos que en las comunidades cristianas solemos cantar de “Vos estas resucitando/ en cada brazo que se alza/ para defender al pueblo/ del dominio explotador/ Porque estas vivo en el rancho/ en la fábrica, en la escuela/ creo en tu lucha sin tregua/ creo en tu resurrección”.
Marcelino Camacho fue la presencia viva de un compromiso que ya quisiéramos –aunque en su doceava parte siquiera- en nuestros líderes políticos y sindicales actuales. Vagamente recuerdo las charlas informales que -en la mismísima casa diocesana de ejercicios de Albacete- y casi en voz baja, nos contaba “el cura Paco”, a la sazón Francisco García Salve, acusado junto a Marcelino Camacho por el tribunal franquista del TOP, en aquel ignominioso “Proceso 1001”. 20 años de cárcel por el terrible delito de defender al sindicalismo y al mundo del trabajo. Es verdad que finalmente no cumpliría nada más que dos, puesto que como serenamente predijo, los tiempos estaban cambiando y a Franco no le quedaba mucho tiempo de vida. Pero sus luchas ya le habían costado otras condenas y campos de trabajo forzosos, ya antes de que hubiera nacido este infrascrito, y tan solo por defender siempre a la clase trabajadora o a la legal y democráticamente elegida II República, que así conquistó el pueblo español.
¡Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar! fue una de las frases que remachó en mas de una ocasión y que no hay homenaje que no repita como un mantra revolucionario. ¡Que siga vivo su ejemplo! y que su lucha, que es la de la clase trabajadora y la de los desheredados de la tierra, continúe. El 23-M nos vemos en el Ateneo y el 29-M, en la Huelga General. Yo quiero seguir, como gustabas decir: “Siempre adelante y siempre a la izquierda”.¡Vaya por ti, Camarada!.