Foto cortesía del autor
En los tejados desmantelados del infierno
los gatos tosen sus pestes redentoras.
La cocinera es un cíclope asimétrico
con gran olfato para las mezclas picantes.
Ha salido al jardín
y en los cantos de la cuneta
vuelca la grasa amarilla,
arde en su único ojo la matriz de la maldad,
toda vida se rinde ante la luz de su mirada.
En sus manos de luchador,
sucumben diversos animales
destrozados en los piletones del patio.
Prefiere cerdos y aves, los corderos no gritan.
La cocinera
canta como un cuervo enfermo
canta y recoge
los huevos que se han quedado
enganchados en los desagües,
en el mástil empotrado,
en las gárgolas,
en las cornisas abovedadas,
en el esqueleto de los árboles
sucios de toda impiedad.
Marcelo Dughetti (Villa María, Córdoba, 1970), Hospital. Ediciones Cartografías. Río Cuarto, Córdoba, 2012