Revista Cultura y Ocio

Marcelo el gorrilla

Publicado el 13 diciembre 2015 por Icastico

Imagina que trabajas en una firma de caza talentos o prestigiosa consultoría dedicada a la selección de personal entre otros servicios. Una conocidísima empresa nacional, líder en su sector (lo de siempre) te encarga la búsqueda de un Director de Área. Tienes varios candidatos e inicias las entrevistas personales. Uno de los aspirantes al puesto – cuando ya habéis roto y fundido el hielo por esa habilidad profesional que te caracteriza –, se abre en canal y te suelta que cuenta con la ayuda diaria de un ángel de la guarda que le echa una mano “en las pequeñas cosas, como aparcar” y que a ese servicial gorrilla celestial le ha puesto Marcelo de nombre. ¿Lo metes en la terna final – jugándote el trabajo – o esperas a que salga una posición de conserje en un siquiátrico y va que se mata?

Pero como como no eres nada de eso si no un español a granel te lo ponen directamente de ministro y responsable de las fuerzas de seguridad del Estado, de un país que no es África (ni Venezuela). Es Jorge Fernández el fervoroso, dotado de un “interior” tan grande que no le cabe dentro, que es el lugar más adecuado para los interiores, por definición. Pero tan grande tan grande que lo hacen ministro de eso, del Interior, para que lo pueda administrar a su gusto. Es un yacimiento de FE viviente. Condecora vírgenes que al parecer también nos ayudan en un montón de marrones con medallas de oro, cruces. Toda esa tómbola del divino fetichismo. No imaginaba yo que los virgos fueran tan valiosos, francamente (me refiero al himen, no al signo zodíaco, que no digo que no sean virgueros). Conste que en mi juventud eran inexpugnables o eso me lo parecían, claro que era yo pésimo zapador del amor (no mejoré con el tiempo).

Inaugura cuarteles a golpe de obispos y de vez en cuando le sale de dentro recogerse a meditar ¡en el Valle de los Caídos!, mamotreto macabro que no le gusta ni a Dios, seguro que no al Dios que estudié cuando era yo inocente. La cruz del espanto más grande del mundo. Ahí mismo hacen todos los años una misa en honor al “antiguo jefe de estado”, que así llaman a nuestro dictador más ilustre. ¿Alguien se imagina a los alemanes haciendo una misa anual por su fúhrer? No, son muy listos, estos como mucho pasan la bolsa.

De oca a oca: asiste a la beatificación de mártires de la Guerra Civil, que para mí fueron un millón y para Jorge unos cuantos elegidos de entre los que se sublevaron contra un gobierno legítimo tatuando a España de horrores. Misa diaria, of course, nada que objetar. Si acaso objeto que tanta misa me parece algo así como pienso espiritual para el alma, alpiste, porque ¿qué novedades hay en el menú? No entiendo por qué hay que concentrarse todos los días con un montón de peña para demostrar nuestro amor a alguien, por muy dios que sea, ¿no se puede amar en secreto? ¿O es que la FE está obligada a pasar lista?

Dice el ministro que “nada de lo que sucede es casual, ¡todo responde al plan de Dios!” Entiendo que Dios tenía planeado que los subsaharianos se hicieran picadillo en las cuchillas fronterizas, las dos guerras mundiales, nuestra guerra civil, otras miles de guerras, la barbarie terrorista, la violencia machista y tenía previstas las mentiras del PP porque debemos ser tan malos cristianos como votantes. Dicen que nos creó a su imagen y semejanza y pienso yo que luego debió de arrepentirse porque éramos mucha competencia y lo cambió por putearnos a su manera, también, es que no me lo explico. Fernández me confunde, como la noche a Dinio, está en contra del matrimonio homosexual porque no garantiza la procreación, normal, tan normal como tener un hijo sin perder la virginidad. Tan normal como que a un marido le ponga los cuernos un palomo, por mucho que deslumbren sus alas. Eso o que por entonces existiera inseminación artificial y cesárea y le hubiesen practicado ambas cosas a la Más Virgen, en riguroso secreto. Por cierto, el ojito derecho de Jorge es la Inmaculada Concepción (lo caparían si fuera el izquierdo)

Estoy dispuesto a “perdonarle” todo, a hacerme el avión si me presta a Marcelo para aparcar en el centro (y otros asuntos), que ya puestos no sé para qué lo necesita un ministro con tantísimas influencias y una ley mordaza que despeja las calles a toda hostia, léase a toda porra. Es que el marketing religioso está de un agresivo…unos te prometen 100 huries en el paraíso si te lías antes con Kalashnikov o te ciñes un chaleco bomba en lugar de tomarte un Red Bull, que es una forma más natural de volar, y otros ponen a tu disposición un gorrilla que te cagas. No sé qué me pasa a mí con el fervor que cada vez que hago acopio de alguno se me estropea, o se acaba caducando. Es posible que lo asigne a causas imposibles, incompatibles con FE alguna, como no sea para invertirla en que gane el Madrí o el Barsa, malo será no acertar. Hace años me dijo un cubano que para ellos era fundamental tener FE: Familiares Extranjeros. Si, a veces creo que la FE es mejor palparla.


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