Desconozco si Marcelo, el ángel de la guarda que ayuda al ministro de Interior Jorge Fernández a aparcar (menuda tarea para un ángel de la guarda) también le inspira en su labor política. Si es así, podemos concluir que Marcelo es un fascista.
Ayer saltaba a la luz pública una grabación en la que se escuchaba al ministro con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña. El ministro quería sacar trapos sucios de los independentistas catalanes de ERC y CDC.
El tema es muy serio. Tenemos a un ministro y un Gobierno que se dedican a utilizar recursos públicos para atacar a rivales políticos. Lo triste es que esto es una táctica típica del PP. Juan Cotino ya lo hizo en un debate parlamentario al atacar a Mónica Oltra con información personal. Recientemente hemos conocido datos sobre la utilización de la policía por parte del Gobierno de Rajoy para filtrar informaciones, en ocasiones falsa, sobre Podemos. Todas estas cosas no son propias de una democracia sino más bien de un régimen fascista. Tan fascista como Marcelo.
En realidad, no creo que exista Marcelo. No creo en personajes imaginarios. Marcelo solo existe en la mente del ministro (lo que dice mucho de su salud mental). Por tanto, si Marcelo no existe, ¿quién es el verdadero fascista?