(El asedio de Kendermore, pág. 318)
El viejo Danilo Twill cien bolsas de oro tenía
y doce veces más plata de la que en sus saquillos cabía,
mas a las tabas jugando lo perdió todo un buen día.
Aún así, ya se sabe, donde ha habido siempre queda.
No olvidéis que donde ha habido siempre queda,
de modo que soplad las plantas y golpead el tambor.
Muchachos, no estéis mohínos ni tristes sin razón,
pues, ya se sabe, donde ha habido siempre queda.
Antes de un año, el viejo Dan volvía a ser rico,
llevando por mar hidromiel, aguardiente y vino.
Pero, ¡ay!, su nave naufragó con ron en la bodega.
Aún así, ya se sabe, donde ha habido siempre queda.
El viejo Dan se hizo una mansión de veintisiete plantas,
sesenta y cuatro ventanas, y el doble de puertas,
pero tuvo que vivir en una choza porque se quemó entera.
Aún así, ya se sabe, donde ha habido siempre queda.
La gente dice que a Danilo se le ha acabado la suerte,
mas no importa, pues lo que pierde lo recupera siempre.
Le basta con su jupak, una alegre canción y una meta,
porque, ya se sabe, donde ha habido siempre queda.
~~o~~
Un pequeño guiño a mi público con una canción escondida en una de mis sagas favoritas de fantasía épica y literatura fantástica en general, la saga Dragonlance.
Abrazos,
Kheldar